"Bueno, pues terminó el Comité Federal del PSOE y todos los socialistas mansos como mi gata. Reunidos ayer en un hotel madrileño, en lugar de en la sede de Ferraz, por la covid, cerraron filas en torno a Pedro Sánchez por los indultos y zanjaron la historia de la única persona, una mujer, que intentó hacer frente al secretario general, Susana Díaz.

Díaz será senadora de España, en la Cámara Alta, y el próximo 12 de julio se rematará el proceso de primarias que pone a Juan Espadas al frente de la poderosa federación andaluza. Ya está todo atado y bien atado.

Ni una protesta por los indultos en Cataluña, que tantas quejas provocaron en los barones socialistas de Aragón, Castilla La Mancha o Extremadura. No estaban ayer en el Comité ni García Page, ni Javier Lambán, ni Guillermo Fernández Vara ni la propia Susana Díaz. Sánchez sólo tuvo que escuchar a los pelotas y de pelotas jefe estuvieron la barona de Baleares, Francina Armengol, el valenciano Ximo Puig, Salvador Illa por el PSOE catalán y, por supuesto, Juan Espadas. Le dieron golpecitos en la espalda al conducator Sánchez y reiteraron que aprovecharán el próximo congreso del PSOE, en Valencia a mediados de octubre, para fortalecer el liderazgo del jefe. Todo controlado.

Es curioso que, en el siglo de la supuesta tolerancia, la tolerancia brille por su ausencia. Todos al mimos paso. A una, en plan cubano.

La feria de las vanidades

Qué contaros por ejemplo de la manifestación del Orgullo, que el año pasado fue el escenario de los abucheos a los de Ciudadanos y este año ha sido el del enfrentamiento con los del PSOE, por no hacer la Ley Trans todo lo amplia que se desea. Los que no piensan como yo, fuera de la manifestación en la que pido tolerancia. A las nueve y cuarto de ayer, bajo el calor de julio, 12.000 personas según la delegación del Gobierno, alcanzaban la Plaza de Colón con la canción de Alaska, “A quién le importa” de fondo. A la cola, los representantes políticos.

A diferencia de 2019, cuando los de Ciudadanos tuvieron que abandonar la marcha al ser increpados, esta vez solo algunos discrepantes se metieron con Begoña Villacís y Edmundo Bal. Por el contrario, los activistas se plantaron en el suelo en Cibeles e impidieron con una sentada el paso de la pancarta del PSOE, a cuya cabecera iban el ministro del Interior, Grande-Marlaska, y la portavoz del grupo parlamentario socialista, Adriana Lastra. “Nos echaís de la ley, os echamos del orgullo”, gritaban o “Podréis pasar si hay ley trans”.

Al final, lo que una saca en claro es que la reflexión profunda y matizada, las preguntas sobre la justicia y la verdad, ya sea sobre el procés catalán o sobre la identidad sexual, son lo de menos. Esta es una feria de vanidades donde cada bando pugna por vender lo suyo. Por eso el PSOE tiene en sus filas partidarios y representantes de una cosa y su contraria. Los indultos, por ejemplo, ¿qué estás a favor? Pues te pones en la cola de Miquel Iceta, María Chivite, Idoia Mendía o Francina Armengol. ¿Qué no lo estás? Pues dices que eres de Page, Vara, Lambán o Felipe González. Y en lo del Orgullo, igual. ¿Qué eres feminista y crees que las personas nacemos hombres y mujeres? Pues a la fila con la ministra Carmen Calvo (a la que por cierto, ayer ponían verde en el Orgullo). ¿Qué eres de la Teoría de Género? Pues hala, con Irene Montero. Aquí hay para todos. La verdad es lo de menos.

Pasarán los años y la pregunta sobre si los españoles somos iguales y si debemos afianzar la solidaridad nacional para repartir con más justicia, quedará arrumbada. Pasarán los años y la pregunta sobre si un chico de 12 años está maduro para poner en marcha un cambio hormonal de identidad sexual, que le afectará de por vida en su salud, quedará igualmente arrumbada. Porque lo importante, señoras y señores, es ganar votos".

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