“¡Muy buenos días España! Es 19 de septiembre y vivimos el final del verano, con más fresco y lluvias por el norte, que entran por Galicia, y calorcito en el sur. Aprovecha esta semana porque el miércoles, al menos oficialmente, entra el otoño.

[ESCUCHA AQUÍ LA EDITORIAL DE CRISTINA L. SCHLICHTING DEL DOMINGO 19 DE SEPTIEMBRE]

Las calles de las ciudades están llenas, con la gente ávida de compañía tras años de coronavirus y las restricciones cayendo, una tras otra. Se entiende la alegría, pero los hay directamente imprudentes.

Era el campus de la Universidad Complutense este fin de semana. Adivina cuántos jóvenes se dieron cita, sin mascarilla, sin distancia, de fiesta, bebiendo a tutiplén. 25.000. Ya les vale. Las redes sociales alentaron la convocatoria y todavía se está recogiendo basura. No parece muy prudente que, cuando tememos la llegada de la sexta ola, nos comportemos así. No es sólo en Madrid. En Barcelona lo hicieron 8.000 chicos en la Autónoma, con el agravante de una denuncia por violación de una joven de 18 años, que ahora están investigando los Mossos d,Esquadra. Parece que olvidamos que siguen muriendo ancianos con doble vacunación y que somos vectores de contagio.

“Parece mentira que estemos así de nuevo”

Y, en esta mañana de domingo, es prioritario mirar qué pasó ayer en Mondragón con las víctimas del terrorismo, nuestras víctimas, a las que dejamos solas frente a los que dicen, dos mil muertos después, que los etarras con héroes.

La lucha es el camino, dicen. No son ancianos, son los jóvenes educados en la desmemoria, que no saben que ETA alimentó un odio que se llevó por delante mujeres, niños, hombres, causando un sufrimiento que continúa hoy. Con piedras y objetos acosaron ayer a los manifestantes de VOX que se reunieron allí para defender a las víctimas y que tuvieron que ser protegidos por la Ertzaintza. Un anciano de 81 años que pasaba por allí fue herido y sangraba por la cara.

Hubo otras manifestación en defensa de la democracia, encabezada por las víctimas y a la que asistieron los representantes del PP. Las reticencias entre ambos partidos impidieron una convocatoria unitaria, pero al menos compensaron las más de 50 concentraciones en que los proetarras diluyeron la gran marcha por Henri Parot que tuvieron que desconvocar por el escándalo público.

En Granada, San Sebastián, Zaragoza y Madrid hubo concentraciones anti ETA. Parece mentira que estemos así de nuevo. El Gobierno tendrá que hacer las cuentas, si es que alguien tiene conciencia, con este resurgir del odio, porque los de Bildu están envalentonados.

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Estamos en plena decadencia

Y este fin de semana hay que levantar un poco el vuelo y echar un vistazo, porque como europeos, estamos en plena decadencia. El mundo ha cambiado desde la caída del Muro y China ha irrumpido en el horizonte como potencia económica incontestable. Los Estados Unidos, lo hemos visto en Afganistán, han abjurado de su papel de árbitro mundial y todos los actores buscan recolocarse en el nuevo mapa.

A nosotros, pequeños entre los europeos, nos interesa la fortaleza de la Unión Europea y este fin de semana henos recibido un golpe importante. Tras el brexit, que tanto ha alegrado a los enemigos del continente, los británicos están frotándose contra el costado de los norteamericanos, a los que ofrecen lo único que tienen: la Commonwealth. Y los Estados Unidos han contestado a los cantos de sirena y han cerrado una alianza defensiva contra China que incluye a Gran Bretaña y Australia. Lo alucinante es que no se lo han comunicado a los aliados de la OTAN. La primera consecuencia es la ruptura de un acuerdo que Australia tenía con Francia para la construcción de submarinos. Las naves será construidas ahora por los estadounidenses. Francia ha considerado el gesto una declaración de hostilidades y ha llamado a consultas a sus embajadores en Camberra y Washington. La OTAN está en crisis y el único país europeo con un ejército potente, Francia, ha hecho que su ministro de Exteriores compareciese en la televisión pública para anunciar una “ruptura grave de la confianza con los antiguos aliados”. Antiguos aliados ha dicho, ojo, ha dicho Jean Yves Le Drian.

Los cambios nos afectan de lleno. La seguridad del estrecho de Gibraltar depende de la OTAN y nuestro futuro nacional de la cohesión de nuestros socios europeos. En un momento en que se jubila Angela Merkel y Alemania está despistada, nos crecen los enanos y me temo que nos enfrascamos demasiado en asuntos domésticos y no comprendemos que dependemos de la aldea global”.

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