La ‘Malinche’, también conocida como Pocahontas. Su historia nace en el descubrimiento de América. Es una mujer que se enamora de, y de la que se enamora, Hernán Cortés. Ella era una indígena, hija de un Cacique local de la zona de Veracruz, de un pueblo llamado Copainalá, de raza olueca.

Lo importante de esta historia es la influencia determinante que tuvo en la conquista de América de los colonizadores españolas. Ella se convirtió en la traductora e intérprete oficial de Hernán Cortés. Con él tuvo un hijo, por eso la llamaban la madre del mestizaje. Además, fue una gran estratega, entre otras cosas, porque conocía a la perfección la forma de actuar y de defensa de los pueblos indígenas. Por ello, en muchas ocasiones, los españoles pudieron evitar ciertos ataques y emboscadas prevenidos por la intuición de la Malinche.

Hay una parte de México que pensaba que la Malinche era una traidora. La causa de esta acusación era que su inteligencia -hablaba castellano, yucateca y otras dos lenguas indígenas - y su amor por Hernán Cortés la hicieron destacar por encima del resto de mujeres.

Los cronistas de la época decían que sin la ayuda de doña Marina no habríamos entendido ninguno de los idiomas de los indígenas. Tuvo una gran alianza con Hernán cortés. Dicen que la Malinche murió de viruela, tal y como les pasó a muchos de aquellos indígenas. La viruela, enfermedad que fue arrasadora con numerosos nativos, fue portada por los colonizadores españoles desde Europa.

El mestizaje americano es una de las principales diferencias entre el racismo de la conquista de América y otras colonizaciones. Los españoles no fueron acompañados de mujeres, ni viajaron con sus familias. Por ello hubo mestizaje, algo que evitó un racismo tan radical como el de los británicos en países como India, quienes sí viajaron con sus mujeres y familias y rechazaron todo tipo de relación con personas de diferente índole.