Fernando López – Mirones es experto en estos animales. No son pocos los documentales que ha tenido la suerte de preparar, en un símil a Félix Rodríguez de la Fuente, para estudiar a estos animales y cómo interactúan con los humanos.

En España, el problema siempre ha sido el mismo. Los ataques al ganado son incesantes, en estas fechas más comunes porque tienen que buscar comida lejos de sus zonas de caza habituales, donde las temperaturas y las condiciones meteorológicas provocan que sus presas vivan más a resguardo.

El biólogo de cabecera de Fin de Semana y divulgador científico ha querido dar una explicación imparcial sobre sus ataques y las posibles soluciones que se le puede dar a esto. En su intervención, ha querido dar un poco de contexto: “Es un problema muy antiguo. Habíamos hablado de que el lobo y el hombre hicieron un pacto. Después nosotros evolucionamos y rompimos el pacto. El lobo, que nos había ayudado a conseguir nuestras presas, se quedó fuera cuando nosotros conseguimos domesticar”.

Es un animal bonito, “para la gente de ciudad es un tótem, pero en la montaña es el animal que se come a su ganado. Es un problema internacional y atemporal. Los ecologistas más radicales no quieren que se le toque. Los ganaderos, por otro lado, buscan controlar la población, siempre con el consenso de los biólogos, donde pueda haber problemas con la ganadería extensiva”. Mirones ofrece soluciones, “como, por ejemplo, los perros que son descendientes de los lobos: los mastines. Estos perros dejaron de utilizarse. Pero en el momento en el que vienen las grandes nevadas, los lobos buscan el alimento en los pueblos y se convierten en ese mito, ese terror de leyenda que nos empuja a protegernos de ellos” comenta el documentalista.

Esto, Fernando López – Mirones, lo vivió de primera mano en el parque de Yellostone, “uno de los más grandes parques naturales del país, donde exterminaron a los lobos. Empezaron a multiplicarse los coyotes y los ciervos. Estos dos animales empezaron a comerse todo el ecosistema. Y allí vi, cuando me planté con las cámaras, el mismo problema que tenemos en España, lo único que cambió fue que aquí llevamos boina y allí sombreros de cowboy. Allí el conflicto es mucho más violento, y nosotros, que íbamos para explicarles que había que intentar coexistir, ellos iban con el arma en ristre porque no sabían” ha contado el biólogo.

“En 2014 se determinó que había más de 200 manadas, unos 2.500 o 3.000 lobos, muchos más que en la época de Félix de Rodríguez de la Fuente, que estaría contentísimo. Pero claro, a más lobos, más coexistencia”. El remedio no gusta a nadie, pero Fernando López – Mirones ha intentado explicarlo: “Es delicado, la gente se pone nerviosa. Es casi político. Hay dos bandos y hay que hacer un esfuerzo enorme, los lobos hacen muchos favores al ecosistema, evitan que los jabalíes y los ciervos pasen enfermedades, por ejemplo. Pero la presencia de los lobos no los tiene que pagar el ganadero. Tenemos que pagar el lobo entre todos, así que cada vez que tenga un ganadero un ataque, tiene que ir un perito para proporcionar el dinero que cuesta. Otro consejo es de los mastines, que son esenciales”.