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“Para encontrar y conocer a mis padres biológicos mi hermana se tuvo que hacer pasar por detective privado”

José Alfredo Polo fue adoptado en su infancia y pasa por Fin de Semana con Cristina para contar lo mucho que le costó conocer a sus verdaderos progenitores

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Cristina López Schlichting
@crisschlichting

'Fin de Semana' COPE

Tiempo de lectura: 4'Actualizado 11:31

Hay una etapa en la vida en la que toda persona se pregunta por sus orígenes, por su árbol genealógico, es decir: saber de dónde vienes.

La respuesta, normalmente, está al alcance de la mano y basta con preguntar a tus padres, abuelos, tíos, etc.; pero, ¿qué ocurre cuando la persona que quiere conocer sus orígenes, que quiere saber quién es, ha sido adoptada?

Pues la verdad es que no lo tienen nada fácil. No porque sus padres adoptivos se lo impidan, sino porque la administración no les facilita nada este camino. Solo encuentran trabas y obstáculos, se dan contra un muro cuando deciden buscar a sus padres biológicos.

Contra ese muro burocrático se dio hace 12 años José Alfredo Polo. Cuando nació su hijo todo cambió ya que comenzaron las inquietudes y las preguntas. José Alfredo siempre supo que fue adoptado, sus padres adoptivos le acogieron con 7 años tras pasar por varios orfanatos pero con la paternidad necesitaba saber de dónde venía, quién era y muchos porqués más. Él ha pasado por Fin de Semana con Cristina para contar su historia: nació hace 45 años en Mieres, en Asturias, “una familia desestructurada, a los cinco miembros más pequeños nos dieron en adopción, tres a una familia y dos a otra”.

Pasó por varios orfanatos y recuerda “perfectamente” cómo fue adoptado con 7 años: “Para esa época tengo una memoria fotográfica. El orfanato, siendo sinceros, para mí peor que vivir en la calle, con eso lo digo todo. Llegué a estar en la calle. Yo no tengo un recuerdo de mi infancia de estar en la típica vida familiar, pero sí tengo cientos de recuerdos en el bosque, en la calle, correteando con mi hermana y buscando comida en la basura”.

Los padres adoptivos se trasladan a Zaragoza por motivos profesionales, una etapa que le duró poco ya que “cuando tenía 12 años y medio falleció; fue una historia buena y bonita, con mi madre adoptiva después hasta que falleció hace siete años”.

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Van pasando los años pero no llega la búsqueda de los orígenes hasta que fue padre. ¿Por qué en ese momento y no antes? José Alfredo explica que “anteriormente sí que tenía necesidades de conocer mi pasado pero no con el suficiente ímpetu ni con las ganas suficientes como para saber. Sí que es verdad que hay datos médicos que no sabía como si tenía alguna enfermedad familiar, pero bueno, así es”.

Entonces surge la necesidad de conocer más y se pone en marcha: “Mi primer paso fue empezar a preguntar, a todas partes, hacer visitas, cuestiones burocráticas… y el ‘no’, la puerta cerrada, es rotunda, pero un detalle, que es que esto también depende de la solvencia de cada uno porque cuando yo llevaba dos o tres años de adoptado a mi madre biológica le llegó una foto familiar mía con mis padres adoptivos y una carta, pero no sé cómo llegó, ella no lo desvela, por la Administración era imposible”.

Para dar con el paradero de sus padres biológicos tardó varios meses y de hecho una de sus hermanas hizo de detective privado: “Mi hermana mayor biológica fingió una personalidad, hizo de investigadora y entonces todo cambió y fue bastante bien. Es más, a mí me adoptaron por mi hermana mayor, a mi madre cuando estaba firmando le dijeron muy sibilinamente ‘tiene una hermana’ y ella dijo ‘a los dos o a ninguno’”.

Y llega el encuentro con los padres biológicos, “a las bravas, sin preparación alguna”: “Para alguien que no esté familiarizado con esto recomiendo ir con las ideas muy claras, con todo muy estructurado, y aun así se te va a ir todo a cascada. Y aun así le hice una broma pesada, que fue que cuando estaba delante de él le pegué un toque en el pecho con mi mano abierta y le dije ‘¿y ahora qué?’, como diciendo ‘¿y si te hago todo lo que tú me has hecho a mí?’, vi que el hombre se venía abajo y le tuve que decir que era broma y que nos tomáramos una cerveza, pero esa espinita ahí la tenía que soltar. No volvimos a tener una relación padre-hijo pero bueno”.

¿Por qué le abandonaron? José Alfredo da una respuesta muy directa: “Nunca preguntes lo que no quieres saber, creo que con eso he dicho todo. En todo caso el contacto lo mantuve con mi padre biológico, era una persona cordial y respetuosa, con educación va a donde quiera y esa relación se mantuvo hasta hace poco que falleció”. También le presentó a su nieta, es decir, la hija de nuestro protagonista, “y el sentimiento de agradecimiento fue bastante grande, nos dimos la oportunidad de volver a creer en nosotros mismos como personas. Yo le di la oportunidad de remendar lo que él quisiera y yo la de valorarme como ser humano, pero siempre con ojo avizor”.

En cuanto a la madre biológica, “es una relación muy justita, y la sigo manteniendo muy justa. Sigue con vida, hay afecto pero hay algo muy importante que quiero decir: en estas situaciones de búsqueda del origen, la persona adoptada lo primero que debe tener bien claro es las lagunas y las sombras. Una vez que las llena de luz puede enfrentarse a todo lo que quiera, siempre y cuando esa persona sea recíproca. No puedes ir a un sitio a proporcionar paz mientras recibes desequilibrio”.

Sus padres adoptivos fallecieron hace unos años pero su madre siempre le apoyó en esta búsqueda de respuestas: “Mi padre murió antes de que yo la emprendiera pero mi madre me ayudó y fue un gran apoyo. Creo que más sufrimiento pudo tener mi madre adoptiva que la biológico, porque ahí que la biológica se cuestionó el abandono. Mi madre siempre estuvo ahí al pie del cañón e hizo todo lo bueno que pudo hacer”.

A día de hoy José Alfredo sigue buscando a su familia biológica ya que le falta una hermana por encontrar: “Hace unos días que he recibido una información que la ubica en Fuenterrabía y su madre biológica se llama Coro. Con mis hermanos me llevo estupendamente y eso mismo espero con ella cuando la encuentre, a ver si aparece. Ahora tendrá 39 años”.


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