Se acaba el año, pero no deja de venir a vernos el romano de 'Fin de semana 'de COPE que este domingo último del 2023, seguramente, nos hablará de Nochevieja a la romana y de por qué el año comienza el uno de enero. Él es Paco Álvarez, autor entre otros libros de Crónica Rosa Rosae, un buen libro por cierto, para regalar estas navidades o pedirle a los Reyes…

Al saludo de 'Salve, Salvete omnes', hola a todos, amigos romanos llega Paco y nos dice que evidentemente los romanos también festejaban la Nchevieja. Los romanos celebraban estos días las strenae, palabra de donde vienen nuestros estrenos, hasta los de cine, y que tienen sentido, porque estrenamos un año nuevecito…

Celebraban sus strenae de una manera muy peculiar. En la puerta se ponía una corona de hojas perennes, que simbolizan la continuidad de la vida, y que es redonda como el ciclo del año. Luego se celebraba una cena en la que se estrenaba alguna cosa como signo de buena suerte para el año nuevo y se intercambiaban regalos, que simbolizaban que deseamos para la persona a quien le agasajamos, que el año nuevo sea fructífero. Esto, a grandes rasgos eran las strenae. Como curiosidad, por ejemplo, en Valencia siguen llamando “estrenas” a los regalos o aguinaldos de Navidad, dos mil años después. Qué poco hemos cambiado.

El año nuevo en Roma, comenzaba el uno de enero, igual que ahora, desde unas revueltas que hubo en Hispania en el 153 a.C., como hemos comentado otras veces. Antes comenzaba en marzo y por eso en las strenae un postre solía ser el martius panis, pan de marzo, de donde derivaría nuestro mazapán. Pero el año nuevo, tras la caída del Imperio Romano, cada quien lo celebraba en fechas diferentes.

Esto se celebraba en fechas distintas porque en algunos reinos europeos se comenzó a datar la era cristiana a partir de la natividad de Jesús el 25 de diciembre (annus Nativitate), lo que descoloca los años o deja algo ocurrido en otro país, por ejemplo, un 27 de diciembre como sucedido otro año. Pero todavía puede ser peor. En otros sitios se comenzó a datar a partir de la Anunciación o encarnación, es decir, el 25 de marzo (annus Incarnationis)… en Bizancio el año empezaba el 1 de septiembre y en algunos lugares comenzaba el día de la resurrección (annus Gratiae), que como sabes, querido lector, es variable cada año. Este habría comenzado el pasado 9 de abril, que fue el Domingo de Resurrección, pero terminaría el próximo 31 de marzo. Así que una carta enviada de un lugar a otro podía tener tres años distintos registrados en la fecha a pesar de haberse enviado y recibido en el mismo año.

Fue el Papa Gregorio XIII, el del calendario Gregoriano, quien decidió que el año debería comenzar en toda la cristiandad el uno de enero, la fecha de la circuncisión de Jesucristo, que es cuando se derramó por primera vez alguna gota de la sangre de Cristo. Lo curioso es que se volvió a la fecha romana de inicio del año, así que seguimos siendo romanos.