Humberto Núñez, no va a ser el hombre que cambie el curso de la guerra en Ucrania. Ya nos gustaría a todos. Pero sí es un hombre que está poniendo su granito de arena, ayudando a un pequeño grupo de ucranianos, que escaparon del conflicto hace semanas, y que buscan un futuro.

El día 75 de la guerra en Ucrania ha coincidido con el Día de la Victoria para Rusia. Este 9 de mayo, Rusia conmemora los 77 años de la rendición de la Alemania nazi ante las tropas soviéticas en la Segunda Guerra Mundial. Como cada año, en la Plaza Roja de Moscú, se ha celebrado el Desfile de la Victoria. Miles de soldados, cientos de carros de combates y demás armamento con el fin de exhibir músculo militar ante el resto del mundo.

En la otra cara de estos fastos del Kremlin, los civiles siguen muriendo en Ucrania bajo los misiles y los que han escapado, más de cinco millones de personas, buscan su renacer en decenas de rincones de toda Europa.

Es aquí donde aparece de la nada Humberto Núñez del Prado, el hombre que está cambiando el futuro de un grupo de ucranianos afincados desde hace algunas semanas en Espinosa de los Monteros, en la comarca de las Merindades, en la provincia de Burgos.

Esta tarde, como todas las tardes desde hace algo más de un mes, cuando den las 8h, en uno de los salones cedido por el Ayuntamiento de Quisicedo, también en las Merindades, Humberto retomará sus clases de castellano a un grupo de 15 ucranianos afincado en España.

Todas las tardes, de 8 a 9, Humberto aporta su granito de arena para que estas personas no se sientan apartadas del mundo para siempre. Todos ellos tienen donde dormir, un plato de comida, ropa, colegio para sus niños… pero la misma barrera, el idioma. Y Humberto es quien les está ayudando a salvar ese obstáculo.

Humberto es boliviano y llegó a España en 2006 procedente de Moscú, ciudad en la que vivió desde los 16 años. Allí estudió Ciencias Políticas e hizo un Máster en Geopolítica Económica. Después de trabajar para una empresa holandesa durante años, decidió venirse a España.