Luis del Val pone el foco de La Imagen del Día de Herrera en COPE en la asunción de Pedro Sánchez de que llevará a cabo una amnistía para Puigdemont desde Nueva York:

"Declaró que iba a buscar votos debajo de las piedras, y, claro, como ha llovido por toda España, en cuanto levantas una piedra sale barro. Inspirado por el barro, el presidente del Gobierno en funciones -en funciones de tarde y noche- ha declarado que la celebración de un referéndum ilegal en 2017, su fraudulenta interpretación, la declaración de independencia mediante un golpe de Estado Civil, y las calles ardiendo durante tres días en Cataluña, fueron, según sus palabras, “una crisis política (que) nunca tuvo que derivar en una acción judicial”.

A la luz de esta interpretación, me imagino que los atracos a los bancos se deberán a una crisis bancaria, y habrá que preparar una amnistía para los atracadores, y los robos de viviendas no dejarán de ser una crisis inmobiliaria. A este paso, vamos a tener que reciclar profesionalmente a jueces, magistrados y abogados, porque Pedro Sánchez los van a dejar sin trabajo.

Existen tres hipótesis para explicar las causas por las que el brillante descubridor sabe que un golpe de Estado es una crisis política. La primera es que el Pedro Sánchez que mostró su aquiescencia a que se aplicara el artículo 155 de la Constitución, el que asistió sin una mueca de protesta a los juicios, y el que declaró, desde 2017 a 2019, que traería al Prófugo de la Justicia de Europa y lo sentaría en el banquillo, era una persona ignorante, torpe, despistada, sin información, o sea, un completo gilipollas, mientras que el Pedro Sánchez de 2023, descubridor de que lo que todos creíamos que era un golpe de Estado resulta que es una mera crisis política es un hombre maduro, racional, inteligente.

La segunda hipótesis es que el hombre maduro, racional e inteligente, fue el de 2017, y el ignorante, torpe, despistado, sin información, o sea un completo gilipollas, sea el de 2023.

La tercera hipótesis es que las dos anteriores son falsas, y lo único que ocurre es que Pedro I, el Mentiroso, es un cínico, dispuesto incluso a vender a su madre, la madre patria, España, convencido de que él y los secesionistas catalanes pueden engañar a casi 46 millones de españoles porque son imbéciles y no se enteran. De momento, el barro que hay debajo de las piedras ya le ha manchado los dedos, pero puede salpicarle también el impoluto traje azul, y el barro tiene un color muy parecido al de la mierda".

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