Dentro de unas horas comenzará el verano y en los barrios de las grandes y pequeñas ciudades comenzaremos a ver en algún comercio, ese cartel familiar que pone “cerrado por vacaciones”. Un cartel semejante podríamos colocar en los Pirineos, con este aviso “cerrado por investidura”.

Y vamos avanzando. Y se van arreglando problemas personales, el más agudo el de Valls, que se abrazó a Ciudadanos y resulta que Ciudadanos admite a Vox con lo que se manchó el alma del político franco-español. Menos mal que Valls para limpiar su alma, pacta con los socialistas que, en Navarra, a su vez, pactan con los admiradores del asesino Josu Ternera, y eso le deja el alma a Valls, como si la hubiera pasado por un detergente de última generación. Claro que el detergente también le ha limpiado a la militancia de su minúsculo partido, porque tenía tres concejales y se ha quedado con dos, lo que quiere decir que se le han fugado el 33, 33 por ciento de la militancia, no sabemos si con el alma limpia o averiada.

Capítulo aparte merece en esta historia la fiel camarera del pacto María Chivite, discreta, obediente y sumisa hasta el último minuto, pendiente siempre de las órdenes de Ferraz, y mujer de confianza para todo. Si Ferraz le hubiera dicho un paso atrás, y que gobierne UPN, se hubiera tragado el sapo, y mansamente lo habría hecho. Pero Pedro Sánchez calculó que para su investidura era mejor contar con el PNV y Bildu, y ha cumplido las órdenes, se ve que con alegría. 

A lo mejor, ahora, María Chivite, gracias a su diaria y estrecha relación con los admiradores de ETA, se entera de algún detalle de los 28 asesinatos de navarros que todavía están sin esclarecer, de los más de cuarenta que murieron en las calles navarras, incluido algún  que otro niño, y más de un socialista, compañero de partido de María Chivite. Pero será después. Porque ahora el Gobierno está cerrado por Investidura, y, por eso, la ministra de Hacienda se entera por la radio y los periódicos de que unos funcionarios de Hacienda irrumpen en una boda para embargar un  catering. Hacienda somos todos, pero para zafios estos cobradores del frac que tienen la misma sensibilidad que una almeja escuchando a Mozart, pero un almeja con el oído estropeado.

El Gobierno está cerrado por investidura y por eso, ante la petición de un exámen estatal, previo a la Universidad, la ministrara en funciones, en funciones de aplazamiento, dice que no hace falta, unas horas antes de que el informe PISA nos vuelva a situar a la cola de los sistemas educativos de los países desarrollados, y con unas universidades que también quedan las últimas. Asimismo, el fondo de pensiones viene a ser como la hucha del niño de familia pobre, que se rompe todos los meses para rebañar lo poco que queda. Pero no se inquieten. Gracias a María Chivite la investidura está más cerca; y gracias a Valls tenemos un lazo amarillo en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona. Tengan paciencia. Estamos cerrados por investidura.