Este miércoles nos deja, también, la historia deCarlos de Hita.

Este hombre lleva 35 años documentando los sonidos de la naturaleza en nuestro país. Este próximo fin de semana, de hecho, se marchará hasta Andújar, en Jaén, para recoger con su grabadora laberrea de los ciervos.

Ese fue, precisamente, el primer sonido animal que registró en 1985. Y que, cada año, persigue como una especie de tradición.

Carlos es de las pocas personas que puede contar cómo ha sonado España durante estos meses de pandemia. Dice que durante el confinamiento el entorno ha sonado con una nitidez desconocida, que la naturaleza no se había escuchado así desde hace 100 años.

Precisamente esta circunstancia, relata Carlos, ha abierto los oídos a miles de personas que han descubierto un mundo hasta ahora desconocido para ellos a pesar de que lo tenían muy cerca el cantar de los pájaros, el gorjeo de una paloma, el ladrido de un perro…

Según Carlos, España es uno de los países europeos más ricos en sonidos naturales. Uno de los pocos entornos donde, todavía hoy, uno se puede estremecer escuchando a una manada de lobos aullando en plena noche…

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