Jamal Qureshi es un tipo peculiar, uno de esos hombres que un día cualquiera se despertó con un antojo: el de tirar por el balcón el traje que se ponía para ir a trabajar a su empresa de Wall Street, en Nueva York.

Y ese antojo se hizo realidad. Y Jamal cambió el traje, la camisa y los zapatos por un forro polar, unas botas de piel y un abrigo de plumas.

La indumentaria, como se imaginarán, tenía que ver con un sorprendente y alocado cambio de rumbo profesional.

Jamal quería ser cazador de icebergs para convertirlos en el agua comercializada más pura de todo el planeta.

Para ello, el joven hizo las maletas y cambio EE.UU. por un archipiélago de islas situado a apenas 1.000 kilómetros del Polo Norte, las Svalbard, un lugar con más osos polares que personas.

Eso era en 2013. Entonces, tuvo la idea tras recorrer el archipiélago como mochilero y volver con un regalo para su mujer: agua de iceberg. “Pensé que podía hacer lo mismo para más gente y así ayudar económicamente a la pequeña comunidad de las islas”.

Su proyecto se hizo realidad y 7 años después, Svalbardi es una marca de agua de lujo que vende cada botella por 80 euros.

Luego otros han seguido sus pasos ahora, incluso, se hace cerveza destilada con agua de iceberg.

Es la 'Historia del día' en 'Herrera en COPE'.