Carmen decidió matar a su marido de una forma dulce, incluso seduciéndole con un baño juntos y una botella de cava. El hecho ha ocurrido en Mollerussa, Lérida.

Para acabar con la vida de su esposo, primero preparó un cóctel de medicamentos: un relajante muscular y dos sedantes. Los trituró y los echó a unas natillas con nata, que le sirvió de postre.

Sólo se tomó una cucharada. No quiso más porque tenían un "sabor extraño". Ella no desistió. Tenía un segundo plan.

Le propuso entonces "bañarse juntos", sabedora de que el agua caliente facilitaría la bajada de la tensión arterial de su marido.

Llenó la bañera, puso velas por todo el cuarto, y cogió una botella de cava. Brindaron, pero él sólo se mojó los labios ante la insistencia de ella.

Enfadada, abandonó la bañera, y cuando él pretendía salir, le tiró al suelo y empezó a golpearle. Primero con la botella de cava y luego con un objeto contundente.

El hombre, herido y aturdido, consiguió zafarse e intentó salir de la casa, pero no pudo abrir la puerta. Desde allí escuchó a su mujer cómo buscaba un cuchillo en la cocina y corrió a encerrarse en una habitación desde donde llamó al 112.

Cuando llegaron los Mossos, el hombre seguía encerrado en la habitación y la mujer se había autolesionado en el baño.

Ayer fue condenada a tres años de prisión.

Esta es la 'Historia del día' en 'Herrera en COPE'.