Encontrarnos con alguien que no vemos desde hace tiempo lejos de nuestro país; coincidir con alguien que lleva el mismo vestido que nosotros en una boda; o la casualidad de decir los mismo al mismo tiempo que otra persona, son esas cosas que que nos sorprenden en la vida y, algunas de ellas, nos marcan para siempre.

Escucha al completo 'la hora de los fósforos' de 'Herrera en COPE'

Precisamente de esto es lo de lo que nos hablan este lunes los 'fósforos' de 'Herrera en COPE' de esas casualidades y coincidencias que han vivido y que han llevado a producirse situaciones surrealistas; divertidas; entrañables o han acabado en una gran historia de amor.

Como bien dice Antonio Agredano en sus 'Crónicas perplejas': “Queremos que todo pase por algo, pero muchas veces, las cosas pasan por nada”; además de recordar algunas de esas coincidencias que le han sorprendido en su vida.

La misma fecha de nacimiento de la madre

Lo de que se repita o se coincidan en algunas fechas con familiares y amigos suele ser algo habitual, pero lo que le ocurre a esta 'fósforo' se sale de lo normal. Se llama María Antonia y ella misma nos pone en antecedentes antes de contarnos su historia: es “una cosa muy curiosa”.

Empieza contándonos que “mi madre nació el 27 de abril, yo soy la cuarta de siete hijos y nací el mismo día”. Esta es la primera coincidencia que existen entre madre e hija porque ambas coinciden en otras: la hija mayor nació el 11 de octubre y esta oyente tuvo a su hija, también, “el 11 de octubre”.

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Y lo más sorprendente, la edad en la que María Antonia y su madre fueron abuelas: “a los 38 años”.

Un amor ¿de verano?

Amelia y sus tres amigas se divorciaron a la vez y con sus 6 hijos se iban juntas de vacaciones. Recuerda esta 'fósforo' que cuando “estábamos en la piscina del apartamento, todos los días bajaba un hombre con su ABC y se sentaba a nuestro lado”.

Pasados unos días a Amelia se le ocurre decirle a sus amigas: “¿os imagináis que algún día me caso con este tío?”.

Dos años después vuelven al mismo lugar de vacaciones, pero esta vez a la hora de comer se agregan dos chicos más que eran amigos de sus hijos. Pero al ver que no faltaban ni un día a la cita, le preguntan a los niños con quién están de vacaciones y ellos responden que con su padre y que “cocina muy mal”. Y Amelia y sus amigas les piden a los niños que le digan a su padre que un día baje a la piscina y las salude: “y baja el señor del ABC”, exclama Amelia.

Y, añade esta fósforo: “6 años después sigo casada con él”

El extraño encuentro entre la Infanta Elena y una vecina de Barcelona

Sucedió hace unos años cuando la Infanta Elena todavía vivía en Barcelona e iba con frecuencia a un Club Náutico del que Magdalena y sus amigas son socias.

Un día “que estábamos sentados con un grupo de amigos en el bar del Club, nos damos cuenta que una de las amigas se levanta y se dirige hacia la barra para hablar con una mujer”, esa mujer era la Infanta Elena. Mientras la amiga conversaba, ellos en la mesa se preguntaban de qué estarían hablando y se extrañaban de que hablaron tanto tiempo.

Al terminar la conversación la amiga vuelve a la mesa y le preguntan de qué hablaban y ella con total naturalidad les dice: “pues le estaba preguntando por los papás, para quedar un día para una cenita...” ante la perplejidad de todos y asombro de esta oyente de Carlos Herrera.

Resulta que la amiga de Amelia había confundido a la Infanta Elena con la hija de una amiga suya.

Las palabras de Carlos Herrera ante la última visita del Rey Juan Carlos I a España

Hace algunas semana el Rey Juan Carlos volvía a España, concretamente a Sanxenxo para participar en la regata. Una visita, que como ocurrió la primera vez que el Emérito regresaba a España tas su exilia en Abu Dabi, generaba mucha polémica.

Unos días antes de la llegada de Don Juan Carlos I a España, Carlos Herrera aseguraba que Zarzuela “ha sido informada” de esta visita ya que se decía que no era así y lanzaba un mensaje al "populismo": "¿Hay algún problema? ¿Alguien tiene algo que objetar? El populismo sí. El populismo siempre se caracteriza por ese estado permanente de nervios ante cualquier situación que consideren que no se ajusta a los planteamientos dictatoriales de su esencia".

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