A todos nos gusta el mar, nos relaja, nos gusta bañarnos, navegar... pero siempre hay que tratarla con respeto, como siempre dicen los marineros.

Y en la mar, todos tenemos nuestras aventuras y desventuras, como les ocurre a 'los fósforos' de 'Herrera en COPE'.

Manolo recuerda el día que salió a navegar en un catamarán junto a una “chavala”, un día de picinic en alta mar, con la mala suerte de que en un momento el catamarán se para. Entonces, Manolo decide tirarse al mar paro el catamarán sigue navegando con su amiga. No saben cómo, pero la “chavala” consiguió dar la vuelta hasta llegar a la base militar de Rota donde encalló con las rocas y Manolo fue rescatado.

Benito nos cuenta aquella vez que su primo fue a trabajar a Candás, Asturias. Iba con un amigo y decidieron comprarse una lancha con la que iban a trabajar. Un día que se quedaron de copas en Gijón, regresaron a Candás y atracaron la lancha en el puerto. Al día siguiente, cuando volvieron al puerto descubrieron que la lancha estaba en el aire porque había bajado la mare.

La de Catalina sí que fue de susto. Un día salieron a pescar junto a su padre, hermano, sobrino y marido, al que no le gusta ni el mar ni los barcos. Como la pesca no iba bien, a su hermano se le ocurrió hacer esquí acuático y, el primero en probar fue el marido de Catalina. Con la mala suerte de que se dio con una piedra y perdió el conocimiento durante uso segundos.

Recuerda Antonio el viaje que hizo con unos amigos desde San Pedro a Ibiza. Una vez que llegaron a la isla decidieron bajar a tierra para tomar el aperitivo. El capitán del barco, punta en blanco, cayó al agua cuando iban ya en el dingui camino a la playa. Y, además, una vez que lo intentaron de nuevo, eran las olas las que llevaban las olas sin poder hacerse con el timón.

María no ha vuelto a subirse a un barco tras la experiencia que vivió hace unos años cuando estaba de viaje en Grecia. Recuerda María que fueron a visitar una isla, que fueron en ferry, y que mientras estaban visitando la isla escuchaban un silbato, pero al que apenas le prestaron atención. Hasta que, finalmente, un hombre les advirtió de que estaban desalojando la isla por fuerte temporal. Así que, el viaje de vuelta en el ferry no lo olvida jamás.