Un familiar, un amigo, la pareja… todos tenemos a un conocido que lleva algún tatuaje en alguna parte de su cuerpo. Ya sean letras, frases, dibujos, retratos… algo que a esa persona significa algo especial o simplemente porque le gusta.

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Lo de los tatuajes va por modas, hay épocas en los que muchos se animan a pintarse la piel, en las que se habla mucho de ellos; y, otras, que aunque siguen estando ahí, apenas se les hace caso.

Además, es una imagen que vemos constantemente, por ejemplo, en los futbolistas y artistas que los lucen orgullosos y de los que muchos, también, se copia. Aunque también hay quienes se arrepienten de haberse tatuado.

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Y qué decir de aquellos tatuajes que se hacen en otros idiomas; ya sean letras chinas, japonesas, rusas… que más de un quebradero de cabeza le ha dado a alguno. Porque, en este caso, hemos de fiarnos del tatuador de que realmente pone lo que le pedimos.

Los ‘fósforos’ de ‘Herrera en COPE’ también llevan tatuajes y nos cuentan el motivo por el que se lo hicieron y lo que significan para ellos

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Un nombre en chino que escondía una enfermedad

Iván nos cuenta que cuando empezó a salir “con la madre de mis hijas me tatué su nombre, Cris, en chino; por si la cosa salía mal”, así “nadie sabe lo que pone”. Al cabo de unos años se casaron.

Y aquí viene el misterio. Relata este oyente que solía acudir con frecuencia a una fisioterapeuta china que “creía mucho en las energías…”, cuando un día le dijo “no me gusta nada este tatuaje”. Por lo que Iván se sorprendió hasta que le contó que “había una letra que significa ‘muerte”. Al parecer una de esas letras tenía un punto arriba en vez de abajo por lo que cambiaba su significado. La fisioterapeuta instó al ‘fósforo’ a quitarse el tatuaje en cuanto pudiera o si no, tapárselo.

Pero hay más, minutos después, cuenta Iván que la china le preguntó si alguien de su familia tenía problemas de riñones y su respuesta fue negativa. Pero “al mes, mes y medio, a mi hija de 3 años le detectaron un tumor en el riñón”, relata.

En la actualidad, la hija de Iván está sana y este oyente se ha quitado el tatuaje y confiesa que “ni siquiera me atrevo a pasar por la acera de la fisio china. Como para ir otra vez, a ver qué me dice”.

Los tatuajes de la mili

De la mili hay más que una y mil historias que contar. Si no que lo digan a Javier que recuerda el tatuaje que le hicieron con “dos palillos de dientes y tres agujas de coser”. “Decían que era un indio” relata este oyente de ‘Herrera en COPE’ de ese dibujo que le hicieron en el brazo y que, tras la insistencia de su mujer, finalmente decidió “tatuarme encima un escorpión para disimular” la chapuza que le hicieron.

Algo parecido le ocurrió a Fran, el hermano de Rosa hace 20 años también en la mili, en San Fernando. Por aquel entonces “la moda era hacer los tatuajes con los bolis BIC” resalta esta oyente que cuenta que a su hermano le gustaba “una chiquilla de la isla” que se llamaba Mari Carmen. Sin embargo, su hermano no pudo soportar el dolor y dejaron el tatuaje a medias. “Mari Ca…y la ‘R’ se intuye”, este es el mensaje que puede leerse en el brazo de Fran que no tiene pensado modificarlo ni quitárselo.

“De las cosas que más me arrepiento en mi vida”

Y, para terminar tenemos un ejemplo de quienes en su momento tomaron la decisión de tatuarse pero que, pasados los años, se arrepienten de lo que hicieron. Es el caso de Alicia que recuerda que cuando eran jóvenes “a mi pueblo llegó una chica nueva que había hecho un curso de tatuajes semipermantes”, así que ella y su amiga decidieron hacerse uno ocultándoselo a sus madres.

“Decía que se quitaba” comenta esta oyente afirmando que “llevo 25 años con él y no se va”. Confiesa que “es una de las cosas de las que más me arrepiento en mi vida”.

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