El pasado 30 de mayo, se anunció el inicio de esta obra en el desierto de Taklamakan. Llegando hasta los 11.000 metros, será el segundo pozo más profundo del mundo. Es imposible no pensar en Julio Verne tras escuchar los planes que tiene la superpotencia. Pretenden atravesar 10 estratos diferentes del subsuelo continental. Ha sido encargado por el presidente de China, Xi Jinping, por ser "una de las fronteras que nos faltan por conquistar", tal y como nos ha contado el colaborador de 'Herrera en COPE', Javier Sierra.

Este interés de las potencias en la exploración de esta región del planeta reside en que "hay minerales y recursos energéticos de gran importancia que tenemos que utilizar", ha explicado.

Los soviéticos comenzaron la carrera

No es la primera vez que se lleva a cabo un proyecto de la misma magnitud. Los soviéticos en los años 70 se embarcaron en el mismo plan, que terminaron abandonando por las grandes dificultades que este tenía. El suyo es el pozo más profundo del mundo, conocido como el pozo de Kola, en el Círculo Polar Ártico. Trabajaron durante 21 años para penetrar el suelo hasta los 12.000 metros de profundidad.

Alcanzaron una temperatura de unos 180 grados e hicieron una serie de revelaciones "verdaderamente sorprendentes". El primero de ellos es que, pese a la enorme presión y las elevadas temperaturas, fueron capaces de encontrar vida. "Había microorganismos en las profundidades de ese pozo", decía el colaborador. También se encontraron con las rocas fracturadas, dando a entender que existían grandes cuevas por descubrir. Y lo más sorprendente fue el hallazgo de agua. "No pensaban que pudiéramos encontrar ese líquido elemento en las profundidades, y cambió la visión que tiene la ciencia sobre el ciclo del agua en el subsuelo". En la actualidad ese pozo está sellado.

Primeras fake news

Las leyendas se apoderaron del misterioso proyecto y pronto comenzaron a popularizarse historias siniestras en torno al pozo ruso. Según Sierra, fueron unas "las primeras 'fake news'". Para una investigación geológica más completa, se grababan los sonidos que emitían del gran agujero. En el año 1995, estas se publicaron y empezó a decirse que esos tenebrosos ruidos procedían de las almas que se lamentaban en el infierno.

Tecnología para solucionar los riesgos

Una obra de ingeniería de este tipo plantea varios problemas. "Según los expertos es que, después de los 10 kilómetros de profundidad, se hace absolutamente imposible el poder gestionar bien la presión", ha expuesto el colaborador. Sin embargo, se ha desarrollado un nuevo proyecto americano que utiliza cañones perforadores de plasma. Esta tecnología, conocida como Quaise, vaporizaría la roca y vitrificaría las paredes de alrededor para disminuir los riesgos de colapso.

Javier Sierra nos ha desvelado que se piensa que, "gracias a esos cañones, podrían establecerse centrales de energía geotérmica en cualquier lugar del mundo", dando origen a un nuevo panorama de gestión energética global, que la abarataría considerablemente.

Antonio Naranjo, curioso, ha preguntado por el diámetro de los orificios del pozo. Sierra ha contado que, en el caso del ruso, era grande, "donde podía instalarse un pequeño ascensor"; mientras que los que realizaría esta nueva tecnología, apenas mediría unos centímetros. "No implicaría tantos peligros de colapso", concluía.