La fecha es oficial. 2035. Para ese momento, en la Unión Europea estarán prohibidas las ventas de vehículos (coches y furgonetas) de combustión diésel y gasolina.

A día de hoy, muchos expertos cuestionan que esa transición pueda darse en este plazo. Primero, por el elevado coste que implica para un conductor adquirir un vehículo eléctrio, pero también y no menos importante, por la infraestructura necesaria para generalizar el eléctrico y desterrar la combustión.

¿Dónde van a cargar esos coches? ¿Cuánto dura una batería de un coche eléctrico? ¿Cuántos minerales hacen falta para fabricar baterías para coches? ¿Hay cargadores para todos? ¿Hay coches suficientes para todos? ¿Sueldos capaces de comprar esos coches? ¿Qué impacto va a tener eso en la industria del automóvil español o europeo?

Son algunas de las preguntas que este miércoles se formulaba Carlos Herrera en 'Herrera en COPE'. Pedro Prieto, experto energético ha señalado que habría que "duplicar la capacidad de la red eléctrica española".

"El promedio de potencia contratado en España es de 3 kilovatios, pero con esa potencia, un coche eléctrico deja a toda la casa sin energía y el coche tardaría más de 10 horas en cargarse", ha explicado.

Tres tipos de recarga

La recarga de un vehículo eléctrico depende, fundamentalmente, de tres aspectos: el tipo de carga, los modos y el conector. En primer lugar, existen tres tipos de carga de la batería.

• Recarga convencional: se utiliza un enchufe normal. Permite tener las baterías del coche cargadas en unas 8 horas aproximadamente. Es una buena alternativa para cargar el coche en el garaje durante la noche.
• Recarga semi-rápida: utiliza un enchufe especial de 32 amperios. Las baterías se recargan en unas 4 horas.
• Recarga rápida: Gracias a su potencia puede conseguirse una carga de un 80% en apenas 30 minutos. Para este tipo de recarga se necesita adaptar la red eléctrica existente. El inconveniente de esta última opción es que puede restar la vida útil de la batería, por lo que es recomendable hacerlo sólo en momentos concretos.

El problema es que cada carga requiere un tipo de conector y adaptador al vehículo. No existe homogeneidad. Varían en funcion del fabricante y del país.

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Otro asunto a tener en cuenta es el lugar. A la hora de instalar un cargador en un garaje comunitario, debemos saber que tiene que estar aprobado por la comunidad de popietarios. El conductor tiene que pagar la obra necesaria y, por último, el resto de vecinos puede en el futuro aprovecharse de la instalación para instalar su punto de recarga.

¿Qué pasa con los coches en la calle?

A ello hay que unir la problemática de los coches que están en la calle. "Hay 12 millones de vehículos que tienen garaje, pero otros 12 millones están en la calle", cuenta Prieto en 'Herrera en COPE'.

"Habría que levantar las aceras de todo el país, para meter unos cables de cobre inmensos, y una infraestructura de la que no se dipone y colocar puntos de recarga para 12 millones de vehiculos que estan en la calle" y, al mismo tiempo "arreglar 12 millones de garajes en el tiempo que se nos ha dado". "Absolutamente absurdo", ha resumido.

¿Cuánto cuesta una carga?

Un informe reciente de la OCU señala el coste de una carga de un vehículo eléctrico frente a uno de combustión tradicional. El precio, además del medioambiental, sigue siendo una de sus ventajas, aunque a medio y largo plazo, y es que de media, un coche en modelo eléctrico cuesta 10.000 euros más que la versión de gasolina. Para amortizar la inversión son necesarios 150.000 km.

En cualquier caso, incluso en la actualidad, con el precio de la luz alto, el coste de conducir un coche alimentado por electricidad sigue siendo la mitad de lo que cuesta llevar un coche de gasolina: 580 euros frente a 1.118 euros por cada 10.000 km.

También destaca que el precio de una recarga en el garaje de casa es mas asequible que hacerlo en una electrolinera. Hasta 1.000 euros más por cada 10.000 km de lo que costaría en casa con la tarifa valle.