El Gobierno aprueba un techo de gasto récord para 2024. Sobre esta cuestión pone el foco Marc Vidal en su 'Salida de Emergencia'.

Explica el analista económico que, en concreto, son "199.120 millones, un 0,5% superior al límite histórico de 2023. Si no se computan los fondos europeos de este año ni del que viene, el techo de gasto sería de un 9,3% más. Con la previsión de este dispendio, el gobierno pretende prorrogar la rebaja del IVA de alimentación hasta el 30 de junio y la gratuidad en el transporte público".

Y en estas, además, argumenta Vidal "que el gobierno estima un déficit del 3% que se repartirá a razón de un 0,1% para las comunidades y un 2,9% para el Estado. Es decir, que la administración central podrá tirar de chequera, pero las comunidades no. De hecho, para que nos entendamos, asumir un déficit del 2,9%, en tiempos de recaudación fiscal récord, ingresos extraordinarios provenientes de Europa y reducción de inversiones de apoyo al sector productivo, es reconocer que gestionan como Homer Simpson".

Por eso, reflexiona Herrera, se dice que la deuda es "como un impuesto en diferido". ¿Y por qué?

Pues porque "el dinero que se toma prestado hoy, deberá pagarse en el futuro a través de impuestos. De algún modo, son las generaciones futuras las que están indirectamente financiando el gasto actual, creando una obligación financiera, para todos, dentro de unos diez o doce años", cuenta Marc Vidal en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.

Existen dos enfoques en la gestión del dinero público.

Por un lado, "hay gobiernos que optan por incrementar la deuda y el déficit, financiando así una mayor cantidad de programas sociales, que resultan en una satisfacción inmediata de la población, pero que traslada la carga financiera a las generaciones futuras. Y, por otro lado, hay gobiernos que priorizan el mantenimiento de un déficit nulo, evitando endeudarse enfocándose en la sostenibilidad financiera a largo plazo".

"Nadie propone volver a un techo de gasto más razonable"

Este enfoque, asegura Marc Vidal, "implica menos gasto en el corto plazo, pero asegura una base más estable para el futuro. A nosotros nos tocaron los primeros. Unos que con esto del techo de gasto hacen trampas. Utilizan el truco del ‘decorado mágico’. Cuando se refieren a un incremento de gasto de solo un 0,5% respecto al ejercicio anterior, omiten el pequeño detalle de que en 2020 ya dispararon un 50% ese techo de gasto por la pandemia".

Sin embargo, cuando ya no hay razones para mantener ese desembolso extraordinario, nadie propone volver a un techo de gasto más razonable. Al contrario, lo suben cada año. Por ponerlo en contexto, hemos pasado de un límite de gasto de 119.000 millones antes de que llegara Sánchez a los casi 200.000 millones de ahora. La paradoja es que gastando así, lo único que se logra es cerrarle a nuestros hijos, la 'Salida de Emergencia'.