¿Quién puede darse por vencido si puede salvar la vida de otra persona? Los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias de nuestro país desplazados en Turquía tras el terremoto del pasado lunes nos muestran, y es la imagen de este día, que el ser humano es capaz de conseguir el milagro.

Este viernes hemos visto el rescate con vida esta mañana de un niño y una niña tras pasar bajo los escombros cinco días. Lo que se escucha de fondo en el vídeo es el llanto del propio miembro de la UME que no pudo contener las lágrimas al llevar en sus brazos a uno de los pequeños.

Aunque el tiempo transcurrido pone trabas a la esperanza, siguen encontrándose supervivientes. Estos días, su imagen ha recorrido el mundo con un mensaje claro: somos capaces de amar hasta el extremo: bajo el peso absoluto de las circunstancias, como los hermanos que se protegían a la espera de ser salvados; más allá de la vida, como el padre que sostiene la mano de su hija fallecida bajo el hormigón; y ese amor no se pierde nunca, se multiplica, se desborda, en las peores circunstancias, para demostrarnos que si amamos, hay un mañana.