Hay historias que te ayudan a entender muchas cosas. Hay testimonios, que cuando los escuchas, te abren los ojos.

Llevamos más de 4 meses de guerra en Ucrania y hemos pasado por todas las fases. Te hemos contado cómo están las cosas sobre el terreno; hemos hablado de Ejércitos, políticos y diplomacia; hemos escuchado a Zelenski, a Putin, al secretario general de la OTAN. Pero hoy quiero que escuches a alguien que te va a ayudar a comprender que una guerra no son cifras, movimientos de tropas y conversaciones diplomáticas. Quiero presentarte a alguien que nunca imaginó lo que le ha tocado vivir. Alguien que ahora, después de su experiencia, valora mucho más la vida.

Te voy a presentar a Galina. Ella es una doctora de familia, nacida en Ucrania, formada culturalmente bajo la influencia rusa y con alma y nacionalidad española. Llegó a España hace más de 20 años. Aquí se acabó de formar y encontró un lugar, su lugar. Su vida cambia el pasado mes de febrero cuando recibe una llamada de sus padres desde la ciudad de Mariúpol, en Ucrania. En plena tensión entre Ucrania y Rusia, con el fantasma de la guerra, ella decide ir a su casa para atender a su padre que se encontraba muy enfermo. Ahí arranca su historia, una historia de amor hacia sus padres, que le ha llevado a conocer y sentir en sus carnes lo que significa la guerra.

Galina es una mujer fuerte y asusta pensar por todo lo que ha tenido que pasar. Es cierto que el tiempo ha transcurrido y que ha podido reflexionar y asimilar en parte lo que le ha sucedido, pero lo que ha vivido va a quedar para siempre en su recuerdo.

Ponte en su situación... ¿Qué harías tras un bombardeo? ¿Cómo reaccionarías si te tuvieras que refugiarte en un sótano con tus padres? ¿Qué harías con tu padre en enfermo? Galina logró mantenerle con vida gracias a su formación médica en un escenario terrible. Poniéndoles los apósitos sin luz, manteniéndole el suero, aplicándole inyecciones de insulina, hidratándole, dándole de comer. Todo sin instrumental. Aún así, ella en ningún momento quiso dejarle solo, no quiso dejarle morir.

Ella intentó lo intentó todo. Incluso tuvo la oportunidad de salir de aquel infierno pero no lo hizo porque su único objetivo era salvar a sus padres. En ese intento fue detenida en varias ocasiones.

Lo más terrible de su historia, lo que ella recuerda con mayor dolor, es el momento en el que comprobó que su padre había fallecido tras un bombardeo. Ella que había viajado hasta su ciudad natal para cuidar a sus padres, que lo había dado todo por ellos, sintió que el tiempo se detuvo cuando se encontró junto al cadáver de su padre.

Al fallecer su padre siguió buscando ayuda pero en primer lugar no la encontró y posteriormente la traicionaron. Incumplieron la promesa que le habían hecho de evacuarla junto a su familia y acabó siendo detenida

Durante días Galina tuvo que soportar un infierno. Tuvo que pelear por sobrevivir, por mantenerse cuerda, por no dejarse llevar por la desesperanza. Tuvo que seguir soportando palizas por parte de los carceleros, llegaron incluso a someterla a descargas eléctricas; a esto se añadieron las agresiones de las propias presas. Su objetivo era mantener la calma y no entrar en las provocaciones que sufría constantemente. Provocaciones que en un momento determinado le llevaron a tener que marcar territorio y sacar su carácter. Así, hasta que en un momento dado, tal vez viendo su situación física, le dieron la noticia de que la dejaban en libertad

Por cuestiones de seguridad no te voy a contar cómo logró salir de Ucrania, como fue ese viaje hacia la libertad. Lo único que te puedo decir es que con la ayuda la Embajada de España y del Ministerio de Exteriores logró reunirse con su madre en Madrid.