Resulta que tenemos ley de amnistía y no tenemos presupuestos. El ridículo es absolutamente impagable.

Por recordar un poquito y enmarcar esto: ¿cuándo empezó todo? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cuándo se jodió, no el Perú (perdón por Vargas Llosa), sino cuándo se jodió la gobernabilidad de España?

Esto empieza con la moción de censura de Pedro Sánchez, una moción imposible con unos socios inconcebibles. Recuerda, que no hace tanto. Pablo Iglesias, Otegi, el PNV, Puigdemont, Esquerra Republicana... ¿Que podría salir mal? A partir de ahí se desarrolla una legislatura infame, como era de prever. Yolanda mata a Pablo, se monta el guirigay dentro, Pablo sale por la ventana, se fijan ya en el objetivo Ayuso, para tramitando la amnistía, van preparando, llegan los indultos... Nuevas elecciones, gana por los pelos y repite el Frankenstein.

No sólo lo repite, sino que como está mucho más débil Pedro Sánchez, los socios le aprietan y le aprietan hasta la extenuación. Sale la amnistía y, hete aquí, que te quedas sin presupuestos porque se lían a tortas en Cataluña y disuelven el Parlament.

Conclusión: estamos con la amnistía que ha redactado el propio Puigdemont y sin presupuestos. O sea, sin la posibilidad de gobernar España. Lo dicho, hemos hecho un pan como unas tortas. El ridículo es impagable.