“Si alguien te dice que entiende qué pasa en Oriente Medio es que se lo han explicado mal”. La frase me la dijo en Beirut en cierta ocasión Tomás Alcoverro, el histórico corresponsal de La Vanguardia en la región, y es perfecta. Porque aquello es incomprensible, aunque lo quieras entender.

Por un lado tienes a Israel, que es la única democracia de la zona, en una crisis política casi eterna, rodeada de: Líbano, Siria, Jordania, que lo más normal de la zona, Egipto y los dos territorios palestinos, Jordania y la franja de Gaza. Curiosamente, de todos los países que hay alrededor, prácticamente ninguno quiere a un solo palestino refugiado, y mucho menos si es un palestino de Hamás. No es un detalle menor.

Luego tenemos la variable iraní. Iran es la gran potencia de la zona, la gran potencia con todo los malos, claro. Cuando uno ve quién conforma el eje del mal en el mundo (Venezuela, Cuba, Nicaragua, conexión con Irán, vendiendo drones y armas a Rusia y viceversa...) dices “Dios mío, qué puede salir mal con estos socios”.

Y por último, muy interesante y con mucho interés para España, la pata marroquí. El armamento, la diplomacia, y hasta la explotación de los pozos petrolíferos en la fosa atlántica de Marruecos frente a Canarias, lo hacen empresas israelíes. Qué curioso. Y eso nos influye directamente.

Bueno, pues en todo ese carajal al final lo que encontramos son un montón de elementos dispuestos a hacer terrorismos salvaje en cualquier lugar del mundo. Patrocinados, o no, por Irán, por Hezbolá. por Hamás y con Israel como una isla ahí en medio. Ese es el panorama. Tenía toda la razón el maestro Alcoverro: “si alguien te dice que entiende lo que pasa en Oriente Medio es que se lo han explicado mal”. Menudo carajal.