La Ley de Amnistía es la puntita nada más, la puntita del iceberg de la legislatura. No seamos miopes La Ley de Amnistía es una ignominia, una humillación, es un escandalazo, veremos a Puigdemont paseando por Las Ramblas más pronto que tarde... Pero es solo el prólogo de los Presupuestos Generales del Estado, y esto es clave.

Porque los Presupuestos Generales del Estado garantizan la legislatura. Ya tienes un año más, llevan medio. Tienes la prórroga, ya son dos años y pico. Un empujoncito más y ya te plantas en tres años. La Legislatura entera, o casi. Para esa legislatura hacen falta los Presupuestos y, para los presupuestos, hacía falta la Ley de Amnistía. Y ya está, sin contemplaciones.

Los Koldo, Ábalos, Begoña, Alvarito el de los puertos, la Armengol, Ángel Víctor Torres, el tal Aldama... Todo eso son chinitas en el zapato. Muy molestas, no te digo que no, pero anécdotas. La clave: los Presupuestos, ya pactados. La primera página, el prólogo, la Ley de Amnistía. En conclusión: Pedro Sánchez, cuatro años más, o casi, en La Moncloa. Ya está hecho.