A la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Ella es de las más listas del Gobierno. Esa es la fama que le precede. Bien preparada y eso. Discreta, no es de las que más abre la boca. Y muy concienciada con lo de la ecología y con la Comisión Nacional de Mercados y Competencia. Ahí está su marido: de momento, de consejero.

Pues ayer fue a contar sus planes a Onda Cero. Y a decir, entre otras cosas, que el presidente se desplaza como le venga en gana. Claro, a ella que se ocupa de las emisiones; esta igual no fue la más afortunada. Pero hizo una declaración verdaderamente esperanzadora. Anunció que no descarta poner una tasa a los billetes de avión. Escuchen por qué le parece razonable:

Vamos a ver, Teresa. Mira, yo tengo muchas ganas de ir a Nápoles, porque allí hay cosas que ver y eso. Y ayer me puse a preparar el viaje justo en el momento en el que te escuchaba. Por eso me dije: “Julio, tu eres de una familia humilde, de clase media… tienes que ir en bus”. Y busqué billetes. Y encontré uno; bueno dos. Tenía que ir de Madrid a Milán – 46 euros- y luego hacer un transbordo hasta Napoles – 16 euros-. Tardaba un día y seis horas. 62 euros.

Luego miré en tren, porque claro más de un día viajando… De Madrid a Milán, 23 horas. Y de Milán a Napoles, cuatro y media. El precio, 168 euros.

Así que al final miré en avión. Aunque pensaba: “Julio, la ministra dijo que eso es para los que tienen recursos”. Total, que el vuelo me salía por 67 euros y en dos horas y media estaba en Pompeya. ¡No te puedes imaginar, Teresa, la alegría más grande que me dio saber que yo era rico! Un tío con recursos… y toda la vida creyendo que era de una clase media simplona.

Así que, por afirmar que el avión es para gente con recursos, la vicepresidenta del gobierno y ministra de transición ecológica, Teresa Ribera, se lleva un… ¡Zas, en toda la boca!