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Esta mañana he leído un cartel en la puerta de una frutería en Los Llanos. Estamos al oeste de la isla de La Palma, literalmente, en la falta del volcán Cumbre Vieja.

En ese cartel no se leen ofertas ni productos. Tan solo dice esto: "Detenerse nunca, avanzar siempre, rendirse jamás".

No se puede resumir mejor, en solo tres frases cortas, el sentir de esta gente. El paisaje parece el suelo de MARTE. Hemos encendido La Linterna desde una casa recién reocupada por sus propietarios. A unos metros de aquí milagrosamente, se paró la colada de lava. Estoy viendo el Océano Atlántico, las fincas de plataneras y montañas de magma volcánico aún caliente. Si te quedas quieto... te queman las plantas de las botas.

María Elena es psicóloga. Voluntaria de Cruz Roja y con ese acento inconfundible entre Canarias y Venezuela, resume perfectamente los procesos mentales de estos palmeros.

Las ayudas no llegan o lo hacen con cuentagotas. Primero fue el miedo a que el mundo se les cayera encima. Luego vino la esperanza con el despliegue de la UME, las visitas de los políticos, el ruido mediático y ahora la indignación, el miedo al futuro y la incertidumbre.

Otro ejemplo que nos cuenta María Elena. Tres datos: Hoy mismo la UME se va de la isla. La Armada, eso sí, permanece ayudando en el traslado de los agricultores.

Los lugareños advierten que pueden tardar 15 o 20 años (con suerte) para que esta tierra cubierta de lava sea fértil.

Y tercero. El plátano necesita mucha agua. La economía de la isla son el turismo y sus productos. Y este suelo quema. Y el volcán (lo estoy viendo) sigue expulsando vapor.

Qué difícil va a resultar casar los tiempos políticos o periodísticos con los tiempos de la Naturaleza. Las ayudas deben llegar antes de ayer pero el magma del subsuelo manda.

¿Y la gente?. Los plataneros, ganaderos y viticultores sueñan con su futuro (aquellos que no han sido literalmente sepultados). Los niños han vuelto a los coles entre el covid y los gases del volcán y los mayores. ¡Ay! los más mayores.

En su día, en plena erupción del Cumbre Vieja, dijimos desde aquí en directo que volveríamos a La Palma. Y aquí estamos. Maravillados, sorprendidos, preocupados y convencidos de que esta gente sale p'alante.

¡AH! Y MI POSDATA.

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Recuerda la frase de esa pizarra en la frutería de Los Llanos. A pocos kilómetros del cráter del volcán:

"Detenerse nunca, avanzar siempre, rendirse jamás".