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Así conseguía Tsunami Democràtic saber dónde había policías a través de la app que crearon: "Muy sofisticado"

Cruz Morcillo explica en La Linterna los detalles sobre la aplicación creada por los independentistas de Tsunami Democràtic para cometer disturbios tras la sentencia del procés

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Tiempo de lectura: 2'Actualizado 20:51

¿Te acuerdas de 'los piolines'? Aquellos cruceros atracados en el puerto de Barcelona, donde alojaron a cientos de agentes enviados a Cataluña para impedir el referéndum ilegal. Pues con este nombre llaman los independentistas de Tsunami Democràtic a los policías, y así delataban su presencia cuando intervenían en los disturbios y acciones que pusieron en marcha en 2019, tras la sentencia del procés. Lo hacían a través de una aplicación móvil, que crearon para coordinar los cortes de la AP-7, la toma del aeropuerto de El Prat, los actos de desobediencia a la Junta Electoral, etc. aquellas jornadas de algaradas en Cataluña.

Así funcionaba la aplicación de Tsunami Democràtic

Cruz Morcillo explica en La Linterna qué se sabe ahora de esta aplicación: “La Audiencia Nacional investiga un posible delito de terrorismo por parte de Tsunami, la plataforma que organizó todas las algaradas. La Guardia Civil ha rastreado desde entonces las aplicaciones a través de las que se comunicaban los supuestos cabecillas. Crearon una app privada y anónima para monitorizar y dar órdenes a sus miles de seguidores. Entre las opciones que tenía esa aplicación estaba notificar si necesitaban avituallamiento o un médico y también avisar de la presencia de Piolines, policías, con un código específico”.

Así conseguía Tsunami Democràtic saber dónde había policías a través de la app que crearon: Muy sofisticado


La periodista cuenta que se trataba de una aplicación muy sofisticada: “No exigía ningún dato de identificación de registro y solo se podía acceder a través de un código QR procedente de círculos seguros. Exigía un validador de Tsunami y solo desde el móvil de esa persona se escaneaba el código directamente. También aceptaba pagos anónimos en bitcoin, por ejemplo. Si había patrones extraños, eliminaba la conexión y evitaban así la presencia de infiltrados. Todas estas medidas de seguridad más -los códigos solo se podían usar diez veces- contribuyeron, según la Guardia Civil, a impulsar la potente campaña de actos y convocatorias”.

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