Algunos estudios aseguran que el 70% de los españoles son hipocondríacos digitales, personas que buscan los síntomas de una dolencia en Internet y ellas mismas se diagnostican. Todos tenemos en nuestro entorno a alguien que vive angustiado por si tiene una enfermedad o está convencido de que la sufre sin acudir al médico.

La hipocondría es la preocupación extrema por la salud y un trastorno de ansiedad. Es la forma que muchas personas tienen de proyectar la angustia en un síntoma físico. Viven en constante estado de alerta, controlando su cuerpo y haciéndose todo tipo de pruebas. Estas personas sienten cada síntoma y su preocupación es real. En ocasiones, el paciente pide cambiar de médico o enfermera porque no está de acuerdo con los tratamientos o los diagnósticos.

La psicóloga Aurora García Moreno explica en 'La Linterna' de COPE qué ocurre en la mente de una persona hipocondríaca: “Tienen una gran carga de sentimiento, de incomprensión al ver que los demás no perciben la enfermedad que él está convencido tener y, además, estas personas manifiestan unos altos niveles de angustia que deriva de esa necesidad de encontrar un diagnóstico que explique esa sintomatología”. A nivel emocional, las personas hipocondríacas están en constante alerta, por lo que les produce un gran desgaste físico y mental que “afecta al desarrollo de las actividades diarias”.

Es muy común que entren en un círculo vicioso cuando reciben la confirmación de un médico o los familiares a la posible enfermedad que padecen. Aurora describe cómo se siente una persona hipocondríaca: “Viven en constante preocupación, con el convencimiento de estar enfermas o con miedo a padecer una enfermedad grave. Están en constante alerta y haciéndose pruebas que confirmen la enfermedad que creen tener. Necesitan ir al médico para que les asegure que no es nada importante, pero es momentáneo porque siguen en búsqueda de un médico que les confirme el diagnóstico de esa enfermedad que creen tener”.

Aunque no existe una causa única de la hipocondría, sí existen circunstancias que podrían derivar en una personalidad hipocondríaca como “haber padecido una enfermedad grave, haber vivido bajo una protección excesiva, personas que padecen de depresión o ansiedad o que han pasado por situaciones extremas como la pérdida de un familiar o un accidente grave”. Además, algunas personas pueden tener rasgos de patologías como somatizaciones o trastornos obsesivos compulsivos. Las personas con hipocondría son más propensas a padecer trastornos como la ansiedad, fobias o depresión. “Es muy frecuente que coexista con un trastorno de personalidad”, advierte la psicóloga.

Cómo ayudar a una persona hipocondríaca

El papel de la familia es muy importante para reconducir la situación. Las personas hipocondríacas no se inventan sus síntomas, sino que los vive como reales, por lo que “es importantísimo que exista esa comprensión, tanto de médicos como de familiares, para que ese sufrimiento del paciente no se agrave más. Hay que ser pacientes, escucharles con interés sin demostrarles excesiva preocupación, ser comprensivos, mostrando empatía e intentar hacer valoraciones positivas sin juzgarles”

Aurora asegura que el tratamiento de un paciente hipocondríaco no es fácil: “Es necesario explicarle qué es lo que está ocurriendo, romper los ciclos de reforzamiento que pueda obtener de la información y, sobre todo, motivarle para que entienda el origen de su malestar no deriva de una enfermedad física, sino de un trastorno psicológico”.