En 2015 George Powell y Layton Davies decidieron recorrer parte de Gran Bretaña con un detector de metales y un objetivo: encontrar tesoros ocultos. Y lo consiguieron. A estos dos amigos les sonrió la suerte en Leominster, una pequeña población de 12 mil habitantes.

Bajo la tierra de esta localidad encontraron 300 monedas de forma extraña y numerosas joyas de oro y plata. De golpe y porrazo, el detector de metales les había llevado a encontrar un auténtico tesoro. Lo que no se imaginaban es que esta fortuna iba a ser a la vez, su propia condena. Ahora entenderás por qué...

Intrigados por el descubrimiento, decidieron que un experto lo ojease y les pudiese explicar qué era toda esa cantidad de monedas y joyas de oro y plata. Pues bien... Estos dos amigos tenían entre manos un tesoro vikingo del siglo IX valorado en 15 millones de euros.

Su importancia no era solo económica. Los especialistas determinaron que fue enterrado por un jefe vikingo en su camino por huir de los sajones. Un gran valor histórico ya que según los expertos representa el momento en el que Inglaterra comenzaba a convertirse en una nación.

A pesar de las adveretencias, decidieron vender el tesoro por algo más de un millón de euros sin avisar a las autoridades del descubrimiento, algo ilegal en el Reino Unido.

Pues bien, el Tribunal Británico ha condenado a diez años de cárcel a estos dos amigos. El motivo: ocultar el tesoro que habían descubierto y venderlo ilegalmente. Casualmente...tan solo se ha conseguido recuperar una parte de las monedas y las joyas. Se sospecha que el resto se ha ocultado en algún lugar... que probablemente solo los amigos sepan.

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Caprichos de la vida, si hubiesen declarado el hallazgo, les hubiese correspondido por ley un tercio del valor, alrededor de cinco millones de euros. Ahora... George Powell y Layton Davies tendrán que pasar diez años en la cárcel por ocultar a las autoridades un tesoro vikingo valorado en 15 millones de euros.