Ganar la lotería es motivo de alegría y celebración para cualquiera, pero lo que ocurre después de recibir el premio es muy distinto dependiendo de si eres hombre o mujer, según un reciente estudio. "Jamás habría imaginado que hombres y mujeres celebraran de manera tan diferente un hecho excepcional, como es que les toque la lotería", afirma la colaboradora de La Linterna, Mari Pau Domínguez, que resume en pocas palabras la principal conclusión a la que ha llegado dicha investigación sobre las reacciones tan contrarias entre un sexo y otro: "Ellos se casan y ellas se divorcian".

Un estudio desvela en qué se gastan los hombres el dinero de la lotería

Investigadores suecos de la Escuela de Economía de Estocolmo han presentado los resultados de su estudio sobre el comportamiento de los ganadores de lotería según el género. Al parecer, el dicho de que "el dinero no da felicidad" se reconvierte en "pero hace al varón más atractivo", tal y como comenta Mari Pau Domínguez. Y es que la investigación sugiere que los hombres ricos resultan más atractivos y que ese es uno de los motivos por los que se casan más que las mujeres tras ganar la lotería. La riqueza les hace ser más apreciados.

Además, ese dinero ganado de forma súbita y por el azar aumenta también su fertilidad. En otras palabras: los hombres se animan más a ser padres. Mientras, en ellos refuerza sus opciones de matrimonio y de crear una familia, para ellas implica un incremento de las posibilidades de divorcio. El porcentaje de mujeres que se casan se aproxima al cero. "Para ellas, el dinero del premio es el detonante para dejar a sus cónyuges", apunta Domínguez, hasta tal punto que casi duplica la tasa de divorcio a corto plazo.

No obstante, en la mayoría de casos lo que sucede es que "acelera la salida de los matrimonios cuya disolución ya estaba en marcha", explican los investigadores en sus conclusiones, sugiriendo que si su matrimonio estaba en crisis, el dinero del premio es el detonante para dejar a sus cónyuges.

Los investigadores confirman y refuerzan la teoría ya puesta sobre la mesa por autores anteriores, según la cual "la mejora de empleo o ingresos del esposo estabilizan los matrimonios, mientras que un aumento de los ingresos o el empleo de las esposas tiene el efecto contrario". Pero no se preocupen, como dice Mari Pau Domínguez, que "hay esperanza para los bien casados". El riesgo de divorcio a largo plazo disminuye cuando son ambos quienes ganan la lotería.