En términos de superficie quemada italianos y griegos son los más afectados. En Italia hay que lamentar 5 muertos, lo pero lo peor sigue estando en la isla de Sicilia, donde los dos últimos días han ardido 700 hectáreas y las pérdidas ascienden a más de 60 millones de euros. “Antes de ayer a la noche había”Este jueves aún continúan activos una treintena de fuegos, que han dañado sistema de alumbrado, redes de agua y telefonía móvil: “Se me cortó toda la señal del móvil, y este miércoles la mayoría de los chicos con los que vivo les pasó lo mismo”, contaba Marina, una argentina que vive en la isla.

Grecia es el otro país del sur de Europa más afectado: al menos 5 fallecidos por las llamas y los incendios en Rodas o Corfu continúan fuera de control, casi 600 fuegos en dos días. Se ha evacuado hasta a nueve pueblos costeros, mientras que han ardido 16.000 hectáreas de bosque.

Un ambiente dantesco

Carlos Noval es un español que trabaja como guía turístico en Catania, en la isla de Sicilia. Ha contado que la situación mejora debido a que el viento se ha retirado, que ha sido el principal causante de la propagación. Carlos ha tenido que atravesar carreteras "con llamas a izquierda y derecha de 20 metros". "Era dantesco", apunta.

Ha reconocido haber tenido miedo en medio de esta situación. Los bomberos tuvieron que desalojarlos en medio de una de sus rutas del trabajo. Estaban completamente rodeados por el fuego y las carreteras, bloqueadas. Aunque ya ha pasado todo, "ahora vienen las consecuencias más críticas". Las llamas han afectado bombas de agua, estaciones eléctricas y antenas de telefonía. "He hablado con amigos que llevan días sin electricidad ni agua", cuenta Carlos.

La evacuación tampoco fue sencilla porque hay pueblos muy pequeños. Solo tenían la vía aérea porque los ferris del Estrecho de Mesina estaban colapsados.

Voluntarios quemándose en primera línea

Ricardos Papadimitriu trabaja en Rodas pero cuando acaba su jornada laboral coge el coche y se acerca al incendio para ayudar a apagar las llamas. Ricardos explica que la situación ahora está mas controlada pero asegura que no va a poder olvidar “los centenares de personas intentando ayudar en primera linea quemándose y sin ninguna ayuda por parte del estado”.

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Apagar un incendio no es nada fácil, Ricardos asegura que realmente los voluntarios lo que hacen es intentar evitar que se extienda, ya que verdaderamente las llamas solo las pueden apagar los aviones. Para evitar esta extensión lo que más han hecho ha sido trazar zanjas y apagar fuegos menores que pudieran descontrolarse “con agua y con palas, con lo que teníamos” destaca Ricardos.

“No ha habido la prevención que tendría que haber” asegura el voluntario, quien piensa que estas tareas de creación de zanjas entre zonas habitadas que han estado realizando durante los últimos días “es lo que tendría que hacer el estado durante el invierno porque cada año tenemos fuegos”.