El año pasado, las llamas arrasaron más de 300.000 hectáreas. Ahora, la situación de sequía ha empeorado y se esperan intensas olas de calor en un verano que cada vez es más largo. Lo lógico sería pensar que, después de lo del año pasado, se ha hecho algo en materia de prevención, pero nada más lejos de la realidad. Así nos lo asegura uno de los mayores expertos de España en incendios, Paco Castañares, que es presidente de la Asociación de Empresarios Forestales y Medio Ambientales y también de la Asociación de Amigos de Monfragüe: “Pasa el eco de los incendios y los políticos se olvidan”. No se ha hecho nada, no se ha limpiado el monte y hay que tener en cuenta que, además, el campo ha aumentado su extensión. Cada hectárea de terreno tiene ahora entre 2 y 4 toneladas de vegetación nueva. El caldo de cultivo perfecto para las llamas.

Los incendios ahora son más grandes, pero sobre todo han cambiado por el gran combustible que supone toda esa vegetación. La causa es la falta de uso y el abandono rural. Y el gran ejemplo de todo esto es, precisamente, el incendio que afecta ahora mismo a Las Hurdes. Esto lleva a que, cada año, se adelante más la temporada de riesgo de incendios, que ya comienza en el mes de mayo. Juan David Martínez es técnico de operaciones de la brigada de refuerzo Brica, en Madroñalejo, en Sevilla, y se desplaza en el helicóptero súper puma a toda Andalucía.

Nos encontramos, además, ante unos fuegos que son muy complejos de extinguir. Son los denominados incendios de sexta generación, en los que su propia dinámica modifica las condiciones de la atmósfera y también la estructura de las llamas, que se propagan a gran velocidad. Por ello, para Juan David Martínez, la clave para prevenir estos incendios está en la gestión. Es la palabra más repetida entre los profesionales que se dedican a la extinción de estos fuegos. En ello coincide Juan Sánchez, que es director operativo del plan Infoca. El plan de lucha contra los incendios forestales en Andalucía. Ahora mismo, ellos están ayudando a sus compañeros de Extremadura. Pero tienen claro que dentro de poco, será también al revés porque la temporada de incendios solo acaba de empezar y tiene muy mala pinta.

Hay un argumento muy repetido que es que la principal causa de estos incendios tan agresivos es el cambio climático. Para Paco Castañares en ningún caso puede ser una excusa ante la inacción por parte de las administraciones.

Incendios tan grandes y tan intensos que han transformado, incluso, la forma de trabajar de los equipos. Mayor coordinación, inteligencia y procedimientos mucho más específicos. No se trata de aumentar el número de medios, la maquinaria pesada es importante, sí, los medios aéreos también. Pero sobre todo, un gran trabajo técnico. Y, ¿qué se podría hacer? Pues hay muchas medidas en materia de prevención que se pueden llevar a cabo y que además son mucho más económicas que el modelo actual, que se centra en actuar siempre a posteriori. Pero es que además esto supone una inversión, se genera energía, biomasa, se pueden obtener materiales para la construcción, papel... Mientras que el modelo actual es un dinero a fondo perdido.

Así afrontamos esta temporada adelantada de incendios: sin prevención y sin planificación. Los profesionales que se dedican a la extinción, coinciden: ahora mismo solo están a salvo 300.000 hectáreas en toda España, que son las que se quemaron el año pasado y todavía están en fase de regeneración. Todo, tras un 2022 en el que se triplicó el número de grandes incendios forestales. Mientras que, en lo que llevamos de año, y fuera de temporada, ya han ardido más de 40.000 hectáreas. Una falta de prevención que, no solo cuesta 19.000 euros por hectárea, sino que también puede costar vidas. En Europa, hay más víctimas mortales por incendios que por ataques terroristas.