Hemos entrado de lleno ya en el mes de julio y el termómetro roza los 40 grados o incluso los supera en algunos puntos de España. Si a eso le añades que los niños están ya de vacaciones escolares y que muchos padres siguen trabajando... Toca hablar de una tradición veraniega que ilusiona a los más pequeños y a la vez desahoga a sus padres. Son los campamentos de verano. Y, como todo, ha tenido que cambiar por culpa del COVID19. Vamos a adentrarnos ahora juntos en un campamento en tiempos de coronavirus.

Ante la situación excepcional, hay campamentos que han tenido que cancelar esta edición 2020, pero otros se han reinventado. Han buscado la forma de salir adelante con muchos cambios... pero con niños y actividades. Este verano atípico se ofrecen campamentos online. Es una opción, pero el niño necesita conexión a Internet y un ordenador para seguir las actividades. Además, se pierde uno de los factores que más ansía: estar con otros niños. Pero es una opción.

COPE ha estado de campamento con la Asociación Juvenil Cyara en Madrid. El aforo ha tenido que reducirse, pero la diversión es imparable. Partidos podríamos decir normales de 5 contra 5. Con intensidad y algún que otro pique. Eso sí, en cuanto termina hay que ponerse la mascarilla y siempre protegerse del sol. A alguno se le hace cuesta arriba.

“Ahora con el coronavirus es un poco difícil. Hay que llevar mascarilla... gel... y como hace mucho sol tenemos que llevar crema a todos los lados”.

Algunos, eso sí, añoran el campamento del año pasado.

“Ahora hay más medidas de seguridad. El del año pasado en El Freíllo me gustó mucho porque había más bichos. Podíamos hablar y hacíamos veladas por las noches”.

'El Freíllo' que menciona Álvaro está en la Sierra de Gredos, y solían ir allí cada verano, pero este año toca probar el concepto de campamento urbano, utilizando pistas del Colegio Andel.

Se apuesta por los planes de día. De 9 de la mañana a 8 de la tarde y a dormir a casa. Hay de todo: algunos prefieren dormir en su cama y otros poder hablar hasta las tantas de la noche en la tienda de campaña o en el albergue.

“Es más divertido en el campamento, porque duermes más tarde y haces más juegos que en casa”. Otro niño opina que “en casa mejor porque tienes aire acondicionado y te puedes poner ropa súper cómoda”.

Opiniones hay para todos los gustos. Alguno se acuerda de la comida de otros años, “porque las cocineras cocinaban genial”.

Ya conocemos las sensaciones de los más jóvenes. Así que vamos a repasar las medidas concretas que estableceN Sanidad y las comunidades autónomas para la celebración de campamentos en la nueva normalidad. Empezamos con el aforo, que se reduce al 50% de asistentes. Donde antes entraban 100 ahora entran 50, por lo que la mayoría de campamentos tendrán que retirar plazas y reducir el número de asistentes. Los lugares comunes se desinfectarán a diario y después de cada uso. Además, habrá gel hidroalcohólico distribuido por todo el campamento y en las cabañas si las hubiera. Pablo es el organizador del campamento veraniego de la Asociación Juvenil Mizar en La Alameda, en el municipio de Meco (también en la Comunidad de Madrid). nos ha contado que cambiaron el uso de billetes físicos como recompensa por un sistema de puntos sin necesidad de pasarse el papel de mano en mano. Así minimizan el contacto. Y cada acampado tendrá un kit sanitario individual con dos mascarillas diarias, calzado especial para las cabañas y gel hidroalcohólico.

Lo que Pablo y el resto de monitores han conseguido es incluir las medidas sanitarias tan nuevas para todos nosotros y más para los niños... Incluirlas dentro del propio juego que engloba todo el campamento. Extender las recompensas para los que las cumplan y penalizar quitando puntos a los que no.

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“Los chicos han respondido muy bien. Hemos conseguido que forme parte del juego. Si no estás llevando mascarilla, por ejemplo, te vas a llevar una penalización. Hemos conseguido que forme parte del juego”.

Y estamos continuamente hablando de aeropuertos y controles de temperatura. Pues en los campamentos también los hay. Nos lo ha contado Alberto Messía, que es monitor y a estas horas estará llegando en autobús al multiaventuras de Cercedilla con unos 110 niños.

“Se toma la temperatura a cada uno de los niños cada día y si alguno supera los 37.3 grados no podrá participar en las actividades de ese día. En cuanto hubiera síntomas de COVID, se le haría una prueba inmediata, y por supuesto todo el campamento se suspendería en ese mismo momento”.

Esperemos que no llegue a eso, que nadie dé positivo, pero para eso están las medidas por si acaso. Y escucha qué 5 momentos concretos del día han elegido para el lavado obligatorio de manos...

“Uno antes del comienzo de la misa. Una al subir al autobús. Antes y después de comer y después de los deportes”.