Durante la madrugada hay mucha gente en España despierta: estudiantes, personas que están enfermas, insomnes… y currantes. Los del turno de noche. 

Gente como Josefina, una enfermera que lleva 20 años haciendo turnos rotatorios; como Lucía, una joven que trabaja de cara al público, en la recepción de un hotel, a la que le toca cada dos semanas dar un vuelco a su ritmo de vida para trabajar de madrugada. Algo que conoce muy bien Salvador, un médico de urgencias del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (Summa) 112 de Madrid a quien, cuando le toca guardia trabaja 24 horas seguidas. Casi nada. 

"El turno de noche es un turno duro, quien diga que es fácil está totalmente equivocada", le ha dicho Josefina a Beatriz Pérez Otín en 'La Noche'. "Es duro porque compite también con el turno de día, sobre todo las mujeres que tenemos que llevar también una parte de la casa y los niños, y aunque tengas ayuda es muy difícil", ha señalado esta madre de dos niñas de 12 y 7 años.

La recepcionista de hotel dice que tiene que hacer "malabares" para organizarse. "Me afecta en el sueño. Nunca terminas de adaptarte al turno de noche: estoy 7 días, libro 2; otros 7 y libro otros 2, y otros 7 y libro 3. Cuando te quieres adaptar a un turno, estás en otro", ha explicado.

En España trabajan en turno de noche 13 de cada 100 empleados. Son datos de la Encuesta de Población Activa. Esto se traduce en 2 millones y medio de personas que viven al revés, que comen a deshoras y que duermen cuando pueden. Porque son ellos, los que producen y mantienen activo este país mientras el resto descansa. Pero claro, ir en contra del mundo y de la propia naturaleza tiene sus consecuencias.

Y es que quien duerme de noche, lo hace en España una media de 7 horas. Pero quien lo hace de día, baja esa media hasta las 5 horas, según el Centro de Investigación del Sueño. 

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