No todos los espías tienen acento británico, ni son agentes 007. Pueden ser de cualquier país, incluido del nuestro. Pero el secretismo cubre con un halo de misterio las oficinas del Centro Nacional de Inteligencia. No se conoce el número exacto de trabajadores que tiene, pero si se sabe quién los dirige desde el mes de julio, Paz Esteban López. Estudió filosofía, tiene 61 años y entró en este mundo fascinante con la edad de 25 años. 

Ha estado en la Noche de COPE, el experto en espías españoles, Fernando Rueda, autor de La casa: el CESID: agentes, operaciones secretas y actividades de los espías españoles. 

El escritor habla sobre los inicios de la Presidenta del CNI: “es una agente del servicio secreto que entró en 1983, dentro de la principal reforma que ha tenido el Servicio Secreto en la Historia. Dejó de ser militar y empezó a contratar a civiles y lo que era peor para aquella época, empezó a contratar mujeres”. 

Sin embargo, mucho ha evolucionado la sociedad desde ese momento y ahora no se aprecian las diferencias entre géneros: “las mujeres han demostrado en el servicio que no existe diferencia a la hora de organizar en los puestos alto”.

La principal función de los servicio secretos es bucear en los fondos: “los servicios secretos tienen una finalidad, moverse por las alcantarillas y ofrecer al gobierno información para que tomen decisiones”. 

La mayor amenaza a la que se enfrenta España no solo es el yihadismo, hay una igual de peligrosa, la ciberinteligencia: “hay estados que quieren robar información y quieren saber los puntos débiles para atacarnos”. Por este motivo se creó el Centro Criptológico Nacional.