He leído en las últimas horas una entrevista en un digital a Javier Nadal, el presidente de la Asociación Española de Fundaciones que me ha llamado la atención. Dice Nadal que la sociedad civil española tiene “más capacidad de aproximación, de entendimiento y de comprensión del otro que lo que la política refleja”. La política es un ámbito radicalizado que no representa a la sociedad real, a la relación entre los vecinos, en las asociaciones, en las fundaciones...Nuestra sociedad está en pie porque en las redes elementales de convivencia, en las familias, en los colegios, hay una capacidad de construir juntos, de aceptar la diferencia que la vida política no recoge. Esto se convierte en un problema si todo el tiempo y en todo la vida política y la vida social van por caminos diferentes. Uno de los últmos CIS refleja que el 76% de los españoles dice que se discuten problemas de pequeña importancia, y solo el 14% percibe que se discutan problemas importantes.