Las cuatro de la tarde, las tres en Canarias.

¡Buenas tardes, a la gente gente!

Esta mañana los presidentes autonómicos se han reunido en el Monasterio de Yuso. Torra no ha querido ir: amparándose en las justificaciones del Govern para reclamar la soberanía. Desde que el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat introdujo la pregunta sobre si le gustaría que Cataluña fuera un estado independiente, hace casi seis años, ha experimentado en la encuesta presentada este viernes el mayor rechazo. En concreto, el 50,5% de los catalanes están en contra de que Cataluña sea independiente, mientras que el 42% la apoya.

El que si ha estado al final ha sido Urkullu. Eso sí, el precio que ha decidido pagar el presidente del Gobierno por este "billete de última hora" es elevado: fijar en el 2,6% la senda de déficit, lo que le permitirá al País Vasco llegar a los 1.700 millones de euros, y subir la deuda pública de la Autonomía al 15'9% en 2020. Solo esta última decisión supone 2.000 millones más.

De hecho, la conferencia ha arrancado con un indisimulable malestar por parte de algunos asistentes después de saber que el lendakari al final asistiría. Tras la etapa de "resistencia" frente al coronavirus, ha iniciado la fase de reactivación económica y ello a pesar de los desastrosos datos de caída de la actividad. Mascarillas suficientes, protección de los médicos, nueva normalidad, país con menos para las empresas.

El presidente del Gobierno se reserva personalmente el reparto entre los territorios de los de ayuda que la Unión Europea destinara a España para reactivar la economía. A cambio de quedarse con 14.000 millones del superávit municipal, a devolver en un plazo entre 2022 y 2032, pone de los Presupuestos Generales del Estado 5.000 millones para que los ayuntamientos puedan cubrir las necesidades derivadas de la crisis del Covid.