Hay una España donde las ilusiones y las historias llegan en autobús. Hay una España a la que llegan las biblioteca rodantes. Castilla y León tiene 40 bibliobuses y es la que más recurre a esta forma.

Roberto Soto Arranz, es presidente de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles y trabaja en Castilla y León, y ha contado el por qué de la importancia de estos autobuses: “porque realmente, más que autobuses, son lo que llevan por dentro: una biblioteca y hoy una biblioteca pública, la entendemos como un centro de recursos,como un centro de dinamización social y concretamente para estas poblaciones es la única opción de acceso a la cultura de calidad, y por lo tanto el único instrumento que tienen ahora mismo para igualarse en derechos al resto de la población”.

Afirma que funciona de dos maneras, “cuando llegamos nos convertimos automáticamente en su biblioteca pública”. Cuenta que “cuando hay mucho tiempo porque la población es más grande hay tiempo para todo, para la lectura in situ y para el préstamo, pero cuando son poblaciones pequeñas entonces el tiempo se reduce y el servicio también a lo básico”. “No por eso es menos valioso porque también estamos dando la oportunidad a esa población de entablar conversación”.

Los títulos de esa biblioteca “son como cualquier biblioteca, sabemos que acudimos pocas veces al año, por lo tanto tenemos que esmerarnos en llevar las ultimas novedades en todos los aspectos”.

Un dato curiosos que comparte es el pueblo más pequeño al que han acudido: “Uno con un par de vecinos. Aunque pueden estar empadronados 100 vecinos, en invierno solamente quedan 2”.

Concluye contando que la demanda ”depende de las edades, si son mayores: libros de salud, de religión, historia.... si son personas en este caso niños, todo tipo de obras, adaptadas a su edad. Funciona muy bien las obras que hablan de nosotros mismos”.