En España hay casi 900.000 desempleados que superan los 50 años. Según un estudio realizado por una empresa de trabajo temporal, el 83% de los responsables de selección de personal reconocen no haber contratado a un mayor de 55 años en el último año. Además, el 40% de los seleccionadores reconocen que la edad genera dudas a la hora de contratar a alguien. Son prejuicios que perjudican a miles de personas, y una de ellas es Pepe, que tiene 62 años y trabaja desde hace 3.

Pepe ha pasado por los micrófonos de La Tarde y ha contado su historia. Comenzó a trabajar después de haber estado 9 años sin encontrar empleo. Trabajó durante años en una empresa de lucha contra incendios, y lo despidieron a los 50 años. Esto cambió su vida por completo y la de su familia, su mujer y sus tres hijos. Pepe no podía pagar la hipoteca y la falta de empleo le llevó a una situación crítica: “Los días se me hacían largos y las noches eternas. Era muy duro”.

Las empresas ponen muchas dificultades a la hora de contratar a personas mayores de 50 años, pero Juan José es la excepción. Él fue la persona que contrató y dio una segunda oportunidad a Pepe. Es el propietario de CICUE, un empresa de servicios con más de 100 empleados. Cuando recibe los curriculums en su despacho no mira la edad, el sexo ni la nacionalidad: “El 20% de nuestros trabajadores tiene más de 60 años, y el 20% son inmigrantes”.

“Lo que más valoro es que sea buena gente y que tengan ganas de trabajar”

Un parado de larga duración es una persona que lleva al menos un año sin trabajar o sin encontrar nada durante ese periodo. Pepe estuvo 9 años en esa situación. Ha contado cómo eran la mayoría de las entrevistas de trabajo a las que se presentaba: “Me decían que tenía un curricullum fenomenal pero que no me iban a contratar por la edad”.

José Juan recuerda perfectamente la entrevista que tuvo con Pepe: “El caso de Pepe es muy curioso, se notaba en su mirada que necesitada que alguien le diera una oportunidad. No dudamos en dársela, y estamos encantados con su trabajo”.

Pepe ya lleva 3 años trabajando en la empresa de Juan José, y a sus 62 años demuestra cada día que es igual de válido que una persona más joven. Este ejemplo tiene que servir para que otras empresas se animen a contratar a personas mayores de 50 años, que al igual que Pepe merecen una oportunidad.