Cada año se registran a lo largo del mundo 16 millones de tormentas que generan unos 1.400 millones de rayos. Para controlar mejor este fenómeno meteorológico, la Agencia Espacial Europea enciende este lunes el mayor detector de rayos de la Tierra. Se trata del primer instrumento en Europa que puede detectar destellos de luz en la atmósfera, ya sea de día o de noche desde una distancia de 36.000 kilómetros.

En este proyecto de la ESA trabaja un español, Alejandro Palacios, responsable de aviónica y verificación de órbita en el satélite Meteosat de tercera generación. Palacios ha indicado que poder detectar estos destellos es importante porque "son indicadores de que hay un fenómeno meteorológico de una cierta violencia".

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"Los relámpagos surjen cuando masas de aire se mueven en direcciones contrarias, normalmente verticalmente", explica el experto. "Si hay una masa de aire sobrecalentada y va hacia arriba, y la otra está enfriada y baja para abajo, se crea una fricción en la atmósfera y esto carga las partículas de hielo. Cuando llega a un cierto potencial hay una descarga eléctrica y así es como surjen los relámpagos". Desde el punto de vista meteorologico, Palacios aclara que el relámpago es interesante, no por lo que representa, sino más bien por la causa que lo ha generado, esas masas de aire.

Hasta ahora la meteorología desde el espacio se basa principalmente en las imágenes que ofrece el satélite Meteosat desde los años 80 y 90. Se puede ver el movimiento de las masas de aire, pero solo en dos dimensiones, como comenta el responsable de Meteosat. "Nos interesa cada vez más ver los desplazamientos verticales", especialmente ahora que sufrimos fenómenos meteorológicos cada vez más violentos en los que resulta fundamental ganar algo de tiempo y detectarlos lo antes posible. "Lo que queremos es tener una notificacion con más tiempo para poder preparar los servicios terrestres y poder prevenir a las personas con más tiempo".

¿Qué ocurre cuando un rayo alcanza un avión?

Un ámbito en el que es esencial la detección de tormentas y rayos es el tráfico aéreo. "En todos los aviones tenemos un sistema de deteccion de masas de agua, que son la primera indicación de que estamos ante un fenómeno tormentoso", detalla Javier Mañas, piloto de avión.

Al no estar conectado a tierra, Mañas señala que si un rayo impactara, toda la energía pasaría por el exterior del avión. Con lo cual, lo que hay que hacer cuando aterrice es "hacer una revisión y comprobar si algunas de las partes por las que ha transcurrido el rayo ha calentado un poco más la zona y ha generado algún daño". Algo que, según el piloto, ha ocurrido muy pocas veces.

En el peor de los casos, lo que puede ocurrir es una demora en el vuelo, dice el piloto. "Cuando hay tormentas en los alrededores de los aeropuertos todos queremos ir por el mismo sitio, es decir, por donde no hay nubes. Evidentemente ese espacio es reducido y ahí es cuando los controladores aereos empiezan a restringir el tráfico".