Estamos en Siberia, en una noche de invierno de 2018. Con un frío helador: 50 grados bajo cero.

A un lado de una carretera sin pueblos alrededor, en mitad de la nada, entre la ventisca blanca y la oscuridad de la noche, se ven un par de bultos rojos. La cámara va acercándose y se ve que son una bicicleta y una tienda de campaña. Recuerda: hablamos de 50 grados bajo cero.

Y dentro de ella, un español: José Andrés Abián. Tres rusos, los que grababan el vídeo, le rescataron porque tenía tres dedos de su mano derecha congelados. Todo el mundo pensaba que estaba loco. Muchas personas se han preguntado: ¿qué hacía un español en bicicleta, en una tienda de campaña, a menos 50 grados y en Siberia?

Esta anécdota no quedó ahí. José Andrés Abián ha vuelto a la escena del crimen, a sus 50 años, y va mejor que nunca. Imagínate una bici llena de maletas colgando a un lado y a otro, sobre la nieve directamente y avanzando por Siberia. Lleva 2 meses de ruta y calcula que terminará en 15 o 20 días.

José Andrés tiene una vida aquí en España. Él es profesor de un colegio en Cadrete, en Zaragoza. De hecho, uno de sus objetivos principales es visitar varios colegios de Siberia para repartir pajaritas hechas por los alumnos de tu colegio español. En Rusia ya es famoso. De hecho, le paran, le regalan cosas, le dan de comer... Incluso ha hecho de paisano adaptándose a la vida allí. Ayer mismo hizo un agujero en el hielo y se puso a pescar, como los esquimales en las películas.

José Andrés afirma que toda esta aventura no podría haberla hecho solo: "sin su ayuda no habría conseguido llegar ni de broma a donde ha llegado ni habría terminado".