87 años y sigue más vivo que nunca. Y más ágil, y más fuerte. Se llama Francisco, Paquito, para los amigos, y ha conquistado a todos los que le conocen por su ejemplo de superación. No es para menos, porque, con esta edad, ha conseguido hazañas que nadie creía posible: ser subcampeón del mundo en la categoría de marcha de 85-90 años.

Él no piensa parar, por cierto, porque el próximo domingo se presentará a hacer nada más y nada menos que 20 kilómetros. Será en Zaragoza, y para conseguir todo esto, entrena de 6:30 a 8:30 cada mañana. Después, le llega otro reto: cuidar incansablemente a su mujer, que padece de Alzheimer.

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"Esta mañana he salido a las 5:30 de la mañana de casa, he bajado a correr y no he parado hasta las 8, haciendo marcha todo el tiempo. Salgo por las calles de Getafe, he ido al campo y he hecho una prueba para ver si era lo suficientemente resistente como para aguantar los 20 km, hace algún tiempo que no hago tantos" explicaba Paquito en La Tarde.

Es tanta su habilidad, que sus amigos y conocidos ya le conocen como "Paquito el correcaminos".

Una afición que comenzó hace años y que culmina ahora

Esta afición de Paquito por correr y por hacer marcha (y cosas prácticamente imposibles) comenzó bastantes años atrás, cuando él tenía 35 años. Y es que él mismo admite que siempre ha sentido muchísima pasión por hacer deporte. Una pasión que le llevó a probar distintas disciplinas.

"Siempre he hecho bastante deporte, a mi padre lo destinaban y estuvimos en muchos sitios, en Argentina empecé con el deporte, natación, pesca submarina... De todo. Estuve nueve años fuera trabajando" explicaba, por lo que tuvo que dejar apartada esa pasión un tiempo.

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Pero el cambio final llegó cuando él junto a su mujer se fue a vivir a Francia, con sus dos hijos. Cuando les tocó cambiarse de destino, volvió a picarle el gusanillo de la marcha y de correr. "Yo cuando corría, ya emprendiendo la marcha, era veterano, y en 1981 hice el primer campeonato de España de marcha, con 44 años. Ya me metí con la marcha, para tener fuerza para la marcha he hecho maratones" continuaba diciendo.

Su vida en casa con su mujer

Más tarde, después de entrenar duramente, fue subcampeón en Finlandia, con 85 años. "Éramos seis, un francés que me gana siempre, es alguien que tiene mucho dinero, cuando estuvimos en Finlandia yo solo pude participar en una, hubo más y podía haberlas hecho, pero valía 178 euros una habitación diaria, luego tenías que comer, los viajes. Todo me lo tengo que pagar de mi bolsillo, a mí nadie me ha dado nunca un duro, siempre voy a las competiciones falto de todo" se explicaba en La Tarde.

Sin embargo, como él mismo contaba, su otro gran reto está en casa, con su mujer que tiene Alzheimer. Cuando está entrenando, su idea es acabar a una buena hora de la mañana para cuidar a su mujer. "Cuando subo a casa, la despierto, hacemos la cama y luego le tengo que poner la insulina, comprobar cómo anda la sangre, la tensión..." comentaba.

"La mujer no tiene su cabeza rindiendo, si le falto yo, le falta todo. Tengo que estar cuidándola siempre" recordaba.