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Un ingeniero forestal advierte sobre la situación que podemos tener en España con los incendios este verano

El profesor analiza el cambio de tendencia que estamos sufriendo con incendios cada vez más virulentos como el de Castellón y detalla lo que debemos hacer para intentar prevenirlos

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Tiempo de lectura: 3'Actualizado 19:25

El fuego continúa en Castellón, se ha vuelto a reavivar y ha obligado a desalojar tres municipios más. El incendio que se originaba en Vilanueva de Viver el pasado 23 de marzo, lejos de estar controlado, se reactiva por momentos dependiendo del viento. Se ha procedido a la evacuación hoy mismo de las localidades de Torralba del Pinar, Pavías e Higueras, todos en la provincia de Castellón, aparte de las 1.700 personas que ya estaban fuera de sus casas de manera preventiva.

Por desgracia, el fuego sigue descontrolado y todo depende ahora de la temperatura y del viento. Hay algunos puntos críticos donde están trabajando sin descanso los efectivos de bomberos, tanto en tierra como por aire. Intentando, además, en todo momento que las llamas no alcancen ni se extiendan por el Parque Natural de la Sierra de Espadán.

Este primer gran incendio del año ha arrasado ya 4.000 hectáreas y uno de los aspectos que más preocupa es precisamente ese, que un incendio tan virulento haya ocurrido en el mes de marzo, cuando apenas acaba de empezar la primavera. Ya el pasado 2022 fue el peor año en cuanto a incendios de lo que llevamos de siglo XXI, se quemaron 310.000 hectáreas en todo el país. ¿Qué podemos esperar entonces este próximo verano, si ya en marzo estamos sufriendo graves incendios?

Se trata de algo en lo que estamos en manos de la meteorología, tal y como apunta Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal de la Universidad de Lleida. "El problema es la tendencia en la que estamos. Si bien, el año pasado fue un año anómalo, con una gran concatenación de olas de calor, sí que los modelos climáticos nos apuntan que en 2035 las condiciones que experimentamos el año pasado serán la norma".

El cambio climático, protagonista en el cambio de tendencia de los incendios

Más allá de lo que ocurra este verano o no, lo que está claro es que estamos ante un cambio de tendencia, según el profesor. "Los incendios están cobrando cada vez más intensidad, cada vez son más difíciles de apagar". Pero frente a esta situación no debemos caer en el derrotismo, ya que "podemos actuar y prevenir". Resco de Dios indica que podemos llevar a cabo una serie de medidas para combatir o impedir, en la medida de lo posible, las probabilidades de que ocurran. "El fuego es una reacción química donde se consume la vegetación y combustible. Por eso necesitamos desarrollar medidas de forma que eliminemos ese combustible", explica el profesor, que señala que el cambio climático supone un agravante en estos grandes incendios, pero actúa sobre "el estado de combustible de nuestros montes".

Actuar de manera preventiva también puede suponer un ahorro de recursos, ya que apagar un incendio cuesta unos 19.000 euros por cada hectárea, mientras que gestionar de forma preventiVa solo sería unos 2.000 euros por hectárea, según indica el ingeniero forestal. Es por esta rentabilidad por la que opina que "realmente nos tenemos que poner manos a la obra".

El cambio climático está alargando la temporada de incendios, por lo que resulta esencial no escatimar ni en recursos ni en equipos. "Frente a esta nueva realidad, lo que no debemos hacer es utilizar el cambio climático como justificación frente a la inacción, sino todo lo contrario. Si nuestros parlamentos han declarado la emergencia climática, debemos tomar medidas y de forma urgente", afirma el profesor. "Lo que pasó el año pasado, si no llueve, este año lo vamos a recuperar y se va a repetir". En este sentido, Resco de Dios avisa de que los veranos van a ser cada vez más duros.

Actuar también tras el incendio

"Lo que no podemos hacer es repetir los errores del pasado", declara el ingeniero forestal. Por ello, no cree conveniente que las zonas que hayan ardido se repoblen con la misma vegetación que había antes. "El clima de final de siglo va a ser muy diferente del que tenemos a día de hoy". Por lo tanto, debemos transformar la desgracia de un incendio en una oportunidad, y que la nueva vegetación que se plante para recuperar la zona está adaptada de alguna manera a los incendios forestales. "En aquellos casos en los que pueda ser necesario o aconsejable una repoblación, debemos hacerla, no con las especies del pasado, sino con las del futuro y, sobre todo, no volver a cometer los mismos errores del abandono de la gestión", comenta Resco de Dios.


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