Era imposible acercarse a Buckingham Palace. Riadas de personas se han ido dirigiendo a los diferentes puntos donde estaban las pantallas porque han renunciado a acercarse al centro. Es increíble la gente de toda condición que hay. Llama la atención el orden: guardias de seguridad privada ordenan a la gente y nadie dice nada.

El féretro ha entrado en la abadía de Westminster. Al llegar a Hyde Park el silencio ha sido sobrecogedor. Todas las personas parecían estar en una iglesia. Muchos seguían la celebración en silencio. Querían estar juntos viviendo momentos como este. Solo se escucha la voz del celebrante a pesar de que había miles y miles de personas.

A las doce del mediodía, sobre el Támesis, a la altura de la estación de Charing Cross. La gente guardaba un silencio sobrecogedor. Sigue siendo un objeto pop, y a la vez es una institución.

En general hay silencio y luto rigurosa, como si estuvieran en el funeral de alguien de su familia. Estaban muy centradas en lo que estaba sucediendo. Seguían la ceremonia como si estuvieran dentro de la abadía y se sentaban en el césped cuando el pastor hablaba. Era el ambiente propio de una iglesia. Cuando se cantaban los himnos había gente que tenían en el móvil la celebración, cantaban con el coro de la abadía de Westminster desde Hyde Park. Había muchos musulmanas con velo, una de ellas le contó al codirector de 'La tarde' Fernando de Haro que : la reina es parte de su "familia” y añadió: “creemos en un único dios y es como si fuera parte de mi familia”.

Una española vestida de negro, de luto: “creo que la ocasión lo requería”. Esta compatriota considera que “es una cosa histórica” y que la reina “ha sido un símbolo de dedicación y trabajo duro y es el final de una era”. Una mujer brasileña declaró: “aunque no soy inglesa, la reina es una persona importante para la comunidad que está aquí”.

Se han comenzado a escuchar unas salvas “como si fuera un bombardeo”, apunta Fernando de Haro. Lo que han hecho muchos es trasladarse desde Hyde Park hasta el arco de Wellington. Un joven con un rosario en la mano: “me convertí al catolicismo hace mucho” porque aunque "el anglicanismo es muy parecido”, opina que “Reino Unido no tenía autoridad divina”. Sobre la reina ha dicho que “realmente la amaba”.

Ángel Expósito, director de 'La linterna' ha transmitido su "respeto a la historia e instituciones y la esperanza en el futuro", pero ha advertido de que "Carlos no es Isabel". Y ha expresado que "en lo personal" siente "cierta envidia" por el trato a la corona y las instituciones de ese país.

Hay miles de personas pero no se escucha nada en la ciudad, que estaba absolutamente blindada. El silencio se rompía con la venta de flores y banderas. Además del despliegue militar, muchos voluntarios iban atendiendo a la gente hacia dónde ir. Una de las mujeres que trabajaban en las labores de organización ha apuntado que “está viniendo gente de todo el Reino Unido, incluso de todo el mundo”.