Cada vez es más común la presencia de marcas de bebidas energéticas en todas partes. Los anuncios y los patrocinios en grandes eventos y personalidades conocidas ha catapultado la popularidad de este tipo de bebidas.

La mayoría de los consumidores de este tipo de bebidas son niños y adolescentes, y estos productos no están pensados para este sector de la población. En el último mes, el 40% de los jóvenes entre 15 y 24 años han consumido bebidas energéticas. Un dato preocupante si tenemos en cuenta que una lata de este tipo de bebidas equivale a tomarse 3 cafés de golpe.

En La Tarde, Pilar Cisneros, ha podido hablar con varios jóvenes que consumen este tipo de bebidas y han explicado porqué lo hacen. Andrea es de Asturias, y con tan solo 20 años no es capaz de estudiar sin consumirlas: “Empecé para aguantar más tiempo despierta para estudiar, y ahora forma parte de mi rutina”.

También los hay que consumen estas bebidas para tener un mejor rendimiento físico. Javier, de 18 años, es un claro ejemplo: “Siempre las consumo antes de entrenar porque me dan la energía suficiente para entrenar bien”.

Sentirse "borracho despierto"

Además, un cuarto de los jóvenes que consumen este tipo de bebidas las mezclan con alcohol. Esto a parte de ser peligroso, provoca un estado que han calificado como “borracho despierto”. Que consiste en sentirse especialmente despierto, aunque la realidad es lo contrario, el sistema nervioso funciona mucho más lento.

No hace falta mezclar este tipo de bebidas con alcohol para que sean nocivas para la salud, por si solas pueden provocar taquicardias, insomnio, convulsiones e incluso hipertensión. En La Tarde han hablado con Carlos Casabona, pediatra especializado en nutrición infantil: “Cada vez vemos más niños con problemas de taquicardia y sensación de ansiedad, y en muchas ocasiones detrás de estos casos están las bebidas energéticas”.

Una sola lata contiene unos 72 gramos de azúcar y 300 calorías, todos estos elementos pueden llegar a provocar problemas cardiovasculares. Muchos jóvenes consumen más de una lata al día, y el Doctor Casanoba insiste en la gravedad de estos hábitos: “Dos latas de 500 mililitros al día es una animalada, son 7-8 cafés”.

Esta claro que debe regularse el consumo de estas bebidas, o al menos concienciar mejor sobre sus efectos en la salud. El Doctor Casabona recuerda un dato: “En Francia estuvieron prohibidas durante 8 años. Por las presiones de las grandes multinacionales y el ejemplo de otros países más laxos, se vio obligada a permitirlas”.

Hay que analizar cómo se pueden regular este tipo de bebidas, sobre todo su consumo por los más jóvenes.