En el pequeño pueblo burgalés de Huerta del Rey, que tiene 1.400 habitantes, hay personas con nombres tan curiosos como Canuta, Eutrides, Herbeneciana, Eusikio o Esuperencia. La mayoría son adultos, pero hay excepciones como Clodoveo, el nieto recién nacido de un señor con su mismo nombre. Y es que resulta que, desde la elección basada en santos venerados hasta la influencia de antiguos secretarios del Ayuntamiento, esta peculiaridad revela una gran red de influencias culturales y prácticas locales que han dado forma a la identidad del lugar a lo largo de los años.

La explicación de por qué estos nombres son tan extraños se remonta a principios del siglo XX, cuando el cartero se confundía repartiendo el correo a muchos vecinos que se llamaban y se apellidaban igual. Entonces, para evitar estos equívocos, decidieron poner nombres que se distinguieran bien. Esta tradición ha perdurado hasta la actualidad.

Vicente Vivancos, cronista y vecino del pueblo, ha contado a Pilar Cisneros y Javi Nieves en 'La Tarde' que, desde el año 1900 hasta el 1905, hubo un secretario del Ayuntamiento que "ante los problemas que había administrativos y de correos, decidió que la solución más importante era acogerse el martirio georromano y los santos beatos que estaban canonizados para determinar el nombre de los que iban a nacer".

Un nombre peculiar como motivo de orgullo

Para los vecinos, llamarse de forma tan original “es motivo de orgullo”. Vicente asegura tener registro de 400 nombres. Y aunque algunos puedan parecer extraños para los forasteros, son parte integral de su identidad. Además, comparte anécdotas sobre encuentros con nombres como Firmo: “Este chico cuando fue a la mili, tuvo que firmar un documento. Entonces, el Capitán, al ver que había puesto firmo en el recuadro, le dijo que si se estaba riendo de él. Y, bueno, es que nadie se lo creía”.

La historia de Huerta del Rey

A la pregunta de qué consejo daría a aquellos padres que buscan inspiración para nombres únicos, Vicente anima a que "se sumerjan en la rica historia y la vibrante cultura de Huerta del Rey". Con su amplio repertorio de nombres peculiares y su orgulloso legado histórico, el pueblo ofrece una fuente inagotable de ideas para los que quieren elegir algo verdaderamente original.

La historia del pueblo se remonta siglos atrás, con referencias que datan incluso de la época de la Reconquista. El pueblo celebra sus raíces con actividades culturales y festividades que atraen a visitantes de todas partes. Por otro lado, Vicente revela que, aunque la tradición persiste, cada vez son menos los que llevan nombres peculiares, con solo unos pocos aún en activo.

Esta historia ofrece una ventana a la singularidad y la riqueza cultural de Huerta del Rey, un lugar donde los nombres son más que simples etiquetas, son un testimonio vivo de una tradición arraigada y una comunidad unida por su patrimonio único.