Todos conocemos que una buena alimentación es uno de los pilares de nuestra salud. Sin embargo, tenemos tanta información que a veces caemos en la confusión.

La nutricionista y autora del libro 'El método come sano, vive sano', Laura Jorge, ha explicado en 'La Tarde' que la dieta tiene que ser diferente en función del sexo y de la edad. Sobre todo, su publicación se centra en la nutrición femenina, basada en las emociones, hormonas y los trastornos específicos de la salud femenina.

Jorge justifica que comer sano "va más allá del tema estético". Existe una relación entre la salud física y mental, con el descanso, la gestión del estrés o nuestro estado hormonal. De esta manera, una buena alimentación podría ayudarnos a prevenir enfermedades y a "envejecer".

Prevenir los efectos de algunas etapas vitales

Unos malos hábitos pueden provocar un "envejecimiento prematuro", siendo más propensos a enfermedades autoinmunes, infecciones, incluso al cáncer. "Depende de nuestra genética, pero otros elementos pueden ayudarnos", apunta. Y, aunque una persona no se haya cuidado desde pequeña, "siempre es buen momento" para comenzar.

En el caso de la menopausia, al modificar la alimentación y el estilo de vida con elementos que puedan ser beneficiosos, "puede ayudar a prevenir sofocos y hacer que lleguemos a esa etapa mucho mejor".

Durante esta etapa habría que tener presentes las frutas, verduras, legumbre y frutos secos. Es importante evitar los ultraprocesados y el picante.

Algo similar ocurre con la osteoporosis, donde la dieta no es lo único que afecta, pero sí uno de los causantes. "Más que de alimentos, hablaríamos de nutrientes", recalca. Hay que poner el foco en el calcio y la vitamina D. En el caso de esta, recibimos el 90 por ciento del sol. Para reforzarla, podríamos emplear el huevo.

Cuidar la microbiota

Otro de los elementos a los que hay que poner especial atención es a la microbiota, el conjunto de microorganismos que viven en nuestro interior y que tienen muchas funciones. Es fundamental incluir alimentos ricos en fibra, como cereales integrales, frutos secos y legumbres, además de frutas y verduras.

También, evitar las grasas y azúcares, que aparecen en los ultraprocesados. "Hay trucos como llevar una dieta rica en mucílagos, un tipo de fibra que tiene efecto prebiótico", añade la nutricionista. Se puede obtener de semillas de lino y chía hidratadas. Igualmente, se debe estimular la dopamina y serotonina a través del kéfir, la avena, los frutos rojos y el aguacate.

Las semillas y la desinformación

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En cuanto al empleo de las semillas, Jorge insiste en que no son necesarias, siempre y cuando obtengamos los nutrientes de otros alimentos. Los nutricionistas recomiendan las especias porque, junto a las propiedades que aportan algunas de ellas, se le da sabor a la comida. "Para comer sano, hay que disfrutar comiendo", dice.

"Tanta información genera desinformación, la gente está mareada", denuncia la nutricionista. Recomienda que, si se está buscando un objetivo físico, se debe poner en manos de un profesional "y dejarnos de dietas detox o dietas milagro". Ha concluido aconsejando en la flexibilización de los hábitos alimenticios, ya que el control estricto termina por general un deseo descontrolado de lo que nos estamos privando.