Sábado, 6 de enero, día de Reyes. Día especial para los niños, en el que nos estamos atiborrando a roscón, abriendo regalos sin parar. Día también en el que se han repartido muchos millones de euros en la Lotería del Niño. Pero día, sobre todo en el plano político, en el que hemos vuelto a escuchar al Rey.

Ha sido en la ceremonia castrense más importante que hay: la Pascua Militar. Es un mensaje especial porque el Rey se dirige directamente a las Fuerzas Armadas, Tierra, Mar y Aire, también al CNI y a la Guardia Civil. Pero todo lo que diga, trasciende a los uniformados. ¿Qué claves se extraen de este discurso?

Defensa de la constitución

La expectación por este discurso era máxima porque era la primera vez que le íbamos a escuchar desde su discurso de Navidad: un discurso potente en el que se centró únicamente en la defensa de la constitución y en la unidad de España. Pues como el 24 de diciembre, ha recordado la Constitución como nuestra norma fundamental.

"La Princesa de Asturias juró la Constitución, renovando así el compromiso de la corona con ese camino y con todos los valores, principios y derechos que establece y que desde entonces rigen la vida de todos los españoles", apuntó Felipe VI en el discurso de este 6 de enero.

Y por eso, en ese mensaje a los militares españoles les ha querido recordar que su misión tiene sentido porque trabajan en la defensa, precisamente de esa Constitución: "Vuestra entrega es, por tanto, ejemplar y merece todo el respeto y el más alto reconocimiento, la defensa del marco de convivencia democráticamente elegido por los españoles".

Esa es la primera clave: la defensa de la constitución frente a cualquier otra cosa. Frente a por ejemplo lo que diga Puigdemont. Frente a la amnistía, frente al referéndum ilegal… frente a las acusaciones de Lawfare, etc. Y la segunda clave pasa porque el Rey no estaba solo en esta Pascua Militar.

La Princesa Leonor, de estreno

Vestida de gala, de dama cadete, la Princesa ha acompañado por primera vez al Rey en este acto y ha sido el centro de todas las miradas y de los halagos de su padre: "No quisiera concluir sin haceros partícipes del enorme orgullo que, tanto la reina, como yo, sentimos desde que la princesa tuvo el honor de jurar bandera el pasado mes de octubre".

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Porque el Rey sabe de la importancia de la figura de Leonor, del símbolo de continuidad, de estabilidad y de unidad que da su figura, valores deseados para nuestro país y puestos en jaque con cada vez más alegría.