Hoy había especial expectación ante la comparecencia del ministro de Sanidad en el Congreso. Es su cita semana en el parlamento y habitualmente es una sesión que sirve para muy poco. Salvador Illa actualiza los brotes activos, que en este caso son 412, y repite los mismos argumentos para tratar de generar alarma. Había expectación porque el ministro hoy tenía una buena oportunidad para aclarar la mentira del comité de expertos.

“Estamos ahora mismo siendo asesorados por expertos de una extraordinaria calidad”, manifestó Pedro Sánchez. “El comité de expertos, por tanto, lo que hace es asesorar al gobierno“, dijo la ministra Montero. “Los expertos son bien conocidos. Ellos, que asesoran al gobierno en las medidas que hay que adoptar”, añadió Ábalos.

Lo repitió el presidente Sánchez, la portavoz Montero y hasta Ábalos habló del Comité de Expertos. Era ese grupo de científicos que asesoraba al Gobierno para determinar qué comunidad o qué provincia pasaba a la siguiente fase del plan de desescalada o se quedaba donde estaba. Desde Madrid, una de las regiones que siempre fue rezagada, denunciaron que la decisión era política y no técnica. La oposición pidió los nombres de los miembros de ese comité y como se los negaron se fue al Defensor del Pueblo. Ahora, ya saben que el propio Ministerio de Sanidad, en respuesta al consejo de transparencia, negó que existiera tal comité. Es decir, se confirma que las decisiones fueron arbitrarias.

Hoy el ministro de Sanidad ha tenido una gran oportunidad para aclarar este desaguisado, pero nos hemos quedado con las ganas. “No se creó un comité al margen de la administración pública del Ministerio de Sanidad... De aquellas personas que por razón de su cargo deben de informar. Se hizo así y lo contamos. Y los informes al final de cada fase los hicimos todos públicos”, ha dicho Illa.

Conclusión, nos mintieron, pero poco. Mentira piadosa. Y un día más volvemos a la comarca del Segriá, en Lérida. Fue una de las zonas más golpeadas por los brotes nada más salir del estado de alarma. Los contagios, fundamentalmente, se expandieron entre los temporeros. La situación se volvió incontrolable y la Generalitat optó por el confinamiento. Siguen las restricciones pero no tan agresivas. Eso va a permitir que el bar de Sandra, en Lérida, pueda abrir a partir de las cuatro de la tarde. Todos los trabajadores tuvieron que volver al ERTE.

"Pues somos 18, supongo que iremos saliendo también escalonadamente porque solo podemos abrir la mitad de la terraza, suerte que tenemos una buena terraza, eso nos anima un poco. Que no sabemos si a lo mejor en 15 días nos dicen que volvemos a cerrar. Espero que no, que la gente sí se tire a la calle pero con conocimiento, entonces podremos ir todos avanzando", ha explicado Sandra.

Conocimiento por parte de los ciudadanos y también de la administración, que en demasiadas ocasiones parece que la responsabilidad de lo que ocurre es exclusividad del ciudadano.