El cierre de Nissan en Barcelona se veía venir. Es la crónica de una muerte anunciada. Los dueños de la compañía japonesa aseguran que no es rentable, pero detrás hay muchos años de desinterés y también de falta de inversión para modernizar las tres plantas que tienen en Cataluña: la de la zona franca, la de Montcada y la de San Andreu de la Barca.

Ahora asegura que no es rentable, pero los trabajadores llevan meses y años denunciado que no se estaba haciendo nada para que lo fuera. Por eso, aprovechando la crisis sanitaria y económica del coronavirus anuncian ahora su cierre. Oportunismo que se llama. En la calle van a quedar 3.000 trabajadores y se van a ver afectados más de 20.000 personas que de forma indirecta trabajan para Nissan.

El principal responsable de esta decisión es la compañía. No conviene despistar la realidad. Pero en un día como el de hoy, en el que estamos escuchando a los trabajadores, hay que recordar dos pronunciamientos políticos. El primero tiene como protagonista al presidente Pedro Sánchez. En enero de este mismo año, en el Foro económico de Davos, tras reunirse con los responsables del grupo, el presidente de España aseguró con rotundidad que el mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona estaba garantizado. Esto demuestra el poco valor que tiene su palabra y su poca capacidad de maniobra.

Y luego es un buen día también para volver a escuchar a la número dos de Ada Colau, la número dos de la alcaldesa de Barcelona. Se llama Janet Sanz y pidió aprovechar el coronavirus para acabar con el sector del automóvil: "Es ahora o nunca, han quedado muchas de estas empresas con muchos trabajadores afectados con ERTE y con muchas excedentes de productos sin vender, hay que evitar que esto se vuelva a colocar en el mercado, hay que evitar que esto se vuelva a reactivar y por tanto necesitamos un plan para que esta industria y esos trabajadores encuentren otras salidas, para fomentar por ejemplo la movilidad sostenible".

Pues ahora que Janet Sanz o su jefa Ada Colau les explique a los más de 20.000 trabajadores que dependen de Nissan que van a dejar de cobrar su nómina.