Estos días vuelven los bautizos, las comuniones, las bodas... celebraciones que han sido cancelados muy frecuentemente durante los dos últimos años y que son un clásico de estas fechas. En 2019, el último antes del coronavirus, en España se celebraron más de 200.000 primeras comuniones y 125.000 confirmaciones, dos sacramentos para los que los niños tienen que ir antes a catequesis.

En el programa que presenta Pilar García Muñoz ha estado una catequista muy especial, la única ministra de la catequesis que tenemos en España. "Es un reconocimiento por parte de la Iglesia a los laicos que estamos implicados en catequesis y la verdad es que es un honor, una responsabilidad y un agredecimiento a Dios por ser yo la elegida", ha dicho Rosa María Abad en COPE. Ella lleva 10 años dando catequesis en la parroquia del Cristo de la Victoria, en Madrid. "Recibir este ministerio me compromete a seguir dando catequesis, a seguir formándome como catequista y a estar a disposición de lo que los demás necesiten de mí".

En toda España se realizan también catequesis para adultos, personas que en ocasiones están incluso en edad de jubilación. No es la imagen habitual que tenemos de los grupos de catequesis, pero también los hay. En Madrid, por ejemplo, Eugenio es el catequista responsable de los grupos de adultos en su parroquia, Santa María de la Dehesa. Por sus manos han pasado ya cuatro o cinco grupos en los que el perfil habitual es el de hombres y (sobre todo) mujeres de unos 30-40 años que quieren confirmarse animados al ver a sus hijos y sobrinos preparándose para la primera comunión.

En Olivenza (en Badajoz), hay un grupo muy asentado de catequesis de adultos. La mayoría de los que han acudido en los últimos años son personas que viven o trabajan en la localidad, que en algún momento se han alejado de su religión, y que ahora quieren prepararse para la confirmación. Una de ellas es Yolanda, con la que hemos hablado en 'Mediodía COPE'. En su grupo son tres chicas y un chico, y han empezado hace unos meses, después de que se suspendiese la actividad durante un año por la pandemia.

Su catequista es Inmaculada. Tiene 59 años, es de Olivenza, está casada y tiene cuatro hijos. Lleva dando catequesis desde los 16 años y, como es normal, casi todos han sido grupos de niños para comuniones y confirmaciones. Después de tantos años trabajando con ellos, es lógico que Inmaculada encuentre ciertas dificultades con los adultos. A veces ella da por supuestos ciertos conocimientos que los catecúmenos no tienen y, sin embargo, los niños con los que está acostumbrada a tratar, sí, porque los tienen frescos de las clases de religión.